Piensa en lo que en realidad significa la unión de dos hermanos.
Y luego olvídate del mundo y de todo sus míseros triunfos, así como se sus sueños de muerte.
Todos son uno y lo mismo, y ahora nada puede recordarse del mundo de la culpa.
La habitación se transforma en un templo, y la calle en un torrente de estrellas que, rozando suavemente, se desliza más allá de todos los sueños enfermizos.
La curación se ha dado, pues lo que es perfecto no necesita curación, ¿ y qué puede necesitar perdón allí donde no hay pecado?
Siéntete agradecido, terapeuta, de que puedas contemplar cosas como éstas sólo con entender tu verdadero papel.