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Estamos ante un salmo de súplica. El orante se dirige a Dios en una grave enfermedad que le lleva al límite de sus fuerzas, incluso a las puertas de la muerte. Pero, además, sabe que esta enfermedad es signo y consecuencia de su pecado, por eso suplica también el perdón de Dios. Por esta razón, el salmo 6 se incluye entre los llamados salmos penitenciales, en los que el orante suplica por el perdón de sus pecados.
Es significativo el mismo hecho de la oración en esa situación: aunque su estado es tan grave y se sabe culpable, merecedor del castigo de Dios, su reacción es la súplica, «sólo encuentra salida hacia el Señor»2, y espera que el Señor cambie y transforme su situación.
La estructura del salmo es clara.
-Los vv. 2-8 son una clara súplica en la que se conjuga la petición del perdón y de la curación, junto con las motivaciones para que Dios escuche su oración.
La súplica es intensa y en los 4 primeros versos concentra cinco invocaciones a Dios (llamándole «Señor», Yahvé) y siete imperativos que intensifican la súplica: no me corrijas (con ira), no me castigues (con cólera), misericordia (=ten misericordia), cura, vuélvete, liberta, sálvame.
By solocatecumenos5
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Estamos ante un salmo de súplica. El orante se dirige a Dios en una grave enfermedad que le lleva al límite de sus fuerzas, incluso a las puertas de la muerte. Pero, además, sabe que esta enfermedad es signo y consecuencia de su pecado, por eso suplica también el perdón de Dios. Por esta razón, el salmo 6 se incluye entre los llamados salmos penitenciales, en los que el orante suplica por el perdón de sus pecados.
Es significativo el mismo hecho de la oración en esa situación: aunque su estado es tan grave y se sabe culpable, merecedor del castigo de Dios, su reacción es la súplica, «sólo encuentra salida hacia el Señor»2, y espera que el Señor cambie y transforme su situación.
La estructura del salmo es clara.
-Los vv. 2-8 son una clara súplica en la que se conjuga la petición del perdón y de la curación, junto con las motivaciones para que Dios escuche su oración.
La súplica es intensa y en los 4 primeros versos concentra cinco invocaciones a Dios (llamándole «Señor», Yahvé) y siete imperativos que intensifican la súplica: no me corrijas (con ira), no me castigues (con cólera), misericordia (=ten misericordia), cura, vuélvete, liberta, sálvame.