Hola a todos y bienvenidos al segundo episodio del Podcast de Instalaciones Moreno y González. El programa en el que, entre otros temas, hablaremos sobre iluminación, climatización y domótica con el objetivo de acercaros al mundo de las instalaciones eléctricas y de la eficiencia energética, y en el que de una forma muy sencilla y amena explicamos los aspectos técnicos necesarios para que no os llevéis sorpresas a la hora de invertir vuestro dinero en una de estas instalaciones.
Como ya dijimos en el primer programa, queremos que este sea un espacio de participación para todos los que nos escucháis, y por lo tanto, queremos que juguéis un papel importante en este podcast. Por eso, os invitamos a todos a que nos hagáis llegar vuestras dudas, sugerencias o propuestas.
¿Cómo podéis hacerlo? Muy sencillo. A través del formulario de contacto que tenéis en esta página o bien desde nuestra página de contactar, nos podréis hacer llegar esas dudas, sugerencias o propuestas.
Dicho esto, ahora sí… empezamos con el episodio de hoy.
Hemos decidido empezar este podcast hablando de uno de los elementos más importantes que hay dentro de una instalación eléctrica, un elemento que está presente en nuestro hogar, en nuestra oficina, en el colegio de nuestros hijos… y que aunque no abra los informativos, gracias a él cada día se salvan muchas vidas: Hoy hablamos, del interruptor diferencial.
Efectos de la electricidad en nuestro cuerpo
Pero para poder entender y valorar la importancia que tiene este elemento dentro de una instalación eléctrica, vamos a ver cómo afecta la electricidad a nuestro cuerpo.
Todos hemos visto alguna vez un pájaro posado sobre una línea eléctrica sin que se electrocute a pesar de las tensiones tan elevadas que estas líneas tienen. Pero, ¿a qué se debe esto? ¿Por qué a pesar de estar apoyadas sobre una línea que tiene 20.000 V no se electrocutan?
Esto se debe a que, por decirlo de alguna manera, no es la tensión lo que mata, sino la corriente o intensidad eléctrica, y cuando esta supera cierto valor nuestro cuerpo puede sufrir lesiones irreparables si no se desconecta a tiempo.
También hay que decir que los efectos que la corriente eléctrica puede producir en nuestro cuerpo dependen de varios factores, como la trayectoria de la corriente, la tensión de contacto, las condiciones de humedad, presión y temperatura que existan en ese momento así como las condiciones fisiológicas de la persona.
Ahora, veamos la cantidad de corriente eléctrica que es necesaria para que se produzcan esos daños irreparables.
Si encendiéramos una pequeña bombilla de 12 W, por ella circularía aproximadamente una corriente de 50 mA. Y os preguntaréis, ¿esto es mucho o es poco? Pues vamos a verlo.
Por ejemplo, el circuito de alumbrado de nuestra casa, que es el más pequeño de todos, está calculado para que soporte una corriente de 10 A o lo que es lo mismo 10.000 mA. Por lo tanto, podríamos decir que los 50 mA que circularían por la bombilla de 12 W es una corriente prácticamente ridícula.
Pues bien, con 0,5 mA, es decir, una corriente 100 veces más pequeña que la que circularía por nuestra bombilla de 12 W, estamos en el umbral de percepción. Esto significa que si recibimos una descarga, a partir de este valor es cuando empezamos a notar ese hormigueo que alguna vez todos hemos sentido al tocar donde no debíamos.
A partir de los 10 mA, entraríamos en el umbral de no soltar. Esto quiere decir, que a partir de este valor, una descarga nos provocaría contracciones involuntarias de los músculos que pueden resultar muy violentas y seríamos incapaces de soltar el conductor de contacto. Esta descarga sería muy dolorosa y podría ir acompañada de dificultad respiratoria y alteración en el ritmo cardíaco.
En este punto, ya podemos decir que esos 50 mA de nuestra bombilla de 12 W, es un valor alto,