Agustina de Veras crea unos vídeos de maquillaje que nada tienen que envidiar a las grandes campañas de televisión. Más allá del look en sí, la calidad de la imagen, la iluminación, el sonido, la edición… ahí parece que haya un ejército de profesionales y en realidad está ella sola en su casa lidiando con sus inseguridades y su TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad). La vena artística la llevó al mundo del maquillaje, las bodas la curtieron como profesional y la creación de contenido audiovisual le permite expandir ese arte y vivir de él.
En Saigu queríamos averiguar la historia detrás de esos vídeos tan impecables y cómo es la trayectoria hasta conseguir monetizar esa pulsión artística. La de Agustina es una de esas cuentas que todavía no refleja en números la calidad de su trabajo, pero por eso nos gusta presentarte su trayectoria para que la sigas de cerca y puedas decir ‘yo te he seguido desde el principio’.