Todo empezó…
Cuando Dios, en su magnificencia, envió a Nazaret, pequeña ciudad de Galilea, al Arcángel San Gabriel, como mensajero de Dios, a visitar a una virgen, llamada María.
“Dios Padre juntó todas las aguas y las llamó mar. Juntó todas sus gracias y las llamó María”.
“Dios Hijo, comunicó a su Madre todo cuanto adquirió mediante su vida y su muerte, méritos y virtudes”.
“Dios Espíritu Santo, comunicó a María sus dones inefables, y la escogió como dispensadora de los mismos, de manera que Ella los distribuye, a quien quiere, cuando quiere, como quiere todos sus dones y gracias.
María fue creada para ser Madre del Redentor, y Madre de los hombres.
Estos dos hitos trascendentales, ponen de manifiesto, que por María comenzó la salvación del mundo y por María desde la cruz y por gracia de Dios al entregarnos a su madre, se consumará la salvación del mundo.