El primer síntoma del amor al poder radica en la falta de humildad espiritual.

De cómo un ritual se puede convertir en rutina. La idea es hacer de la vida un hermoso Ritual de Amor.

Escogimos experimentar con energía y aprender mediante ensayo y error.

La clave para lograr que el proceso embrionario de una actividad espiritual alcance su madurez es el Poder Cohesivo del Amor.

No se trata solamente de purificar los cuerpos inferiores, sino de controlarlos, a fin de no seguir generando más impurezas.

Cuando invocamos la Ley del Perdón y del Olvido, lo que debe olvidarse realmente es el sentimiento de discordia o inarmonía que te ha generado una situación. La situación sigue registrada en la memoria etérica, pero con el sentimiento transmutado.

Practiquen dirigir conscientemente los Poderosos Rayos de Luz desde sus corazones. Es la DIRECCIÓN CONSCIENTE lo que puede calmar una tormenta, y lo que puede causar que toda clase de discordia CESE en un santiamén.

Encontrar la causa de la aflicción dentro de uno mismo es de por sí un gran avance.

El perdonarse a uno mismo y perdonar a los demás es un preámbulo para el logro Victorioso del Equilibrio Perfecto.

Ser imbuido con el Espíritu Santo no consiste en recibir un poder ajeno en la propia vida, sino elevar la acción vibratoria de la propia corriente de vida al punto en que el principio vital de dicha corriente de vida exude la esencia que ha sido calificada como el Poder del Espíritu Santo.