Cuando se está en el Sendero, es sensato recordar beber una y otra vez de la Sustancia Crística, es decir, tener presente al Santo Ser Crístico que está en nuestro corazón tanto como podamos. De lo contrario, corremos el riesgo de dejarnos llevar por la ilusión de la mente externa, estableciendo una condición de zozobra y aflicción, en vez de sentirnos pacíficos, relajados y con buena voluntad de hacer el bien.
Libro: Boletines Privados de Thomas Printz, vol. 3.
Ser de Luz: MaháChohán.