Tratemos de tener un corazón sensible, pues el corazón endurecido no percibe las bendiciones diarias. Sólo un corazón sensible y agradecido es capaz de descubrir todos los días las muchas bendiciones de las que gozamos cada día.
Tratemos de tener un corazón sensible, pues el corazón endurecido no percibe las bendiciones diarias. Sólo un corazón sensible y agradecido es capaz de descubrir todos los días las muchas bendiciones de las que gozamos cada día.