Cuando alguien tiene mal aliento o nosotros hemos tenido mal aliento, hemos ofrecido o nos han ofrecido una pastilla menta, para no lastimar nuestra autoestima. También con el pecado debemos ser cuidadosos para confrontar a las personas. Debemos hacerlo con mansedumbre, con amor, para que deje el mal camino y vuelva a la vida de santidad.