Hemos repetido en muchas ocasiones que alguien que haya aceptado perfectamente la Expiación para sí mismo puede sanar el mundo.
En efecto, ya lo ha hecho.
La tentación podrá volver a acosar a otros, pero nunca a Ése.
Él se ha convertido en el Hijo de Dios resucitado.
Ha vencido a la muerte al haber aceptado la Vida.
Se ha reconocido a sí mismo tal como Dios lo creó, y al hacerlo, ha reconocido que toda cosa viviente forma parte de él.
Ahora su poder es ilimitado porque es el Poder de Dios.
De esta manera, su nombre se ha convertido en el Nombre de Dios, pues ya no se considera a sí mismo separado de Él.
¿Qué significa esto para ti?
Significa que al recordar a Jesús está recordando a Dios.