El episodio comienza con Jóse Rafael saludando efusivamente a su papá, quien estuvo a punto de no poder volar a México, debido a una crisis hipertensiva. Pero no se preocupen, ¡está mejor que nunca! Bueno, él pensó que casi muere, pero no pasó a mayores. Resulta que papá Guzmán tuvo un desmayo, fue llevado al médico y se volvió a desmayar. Los médicos decían que "la vaina estaba mal" y que debía esperar un poco más antes de emprender cualquier viaje. Pero, ¿quién necesita llorar en esos momentos? No hay tiempo para eso, ¡sigamos adelante!

Luego, pasamos a un viaje al pasado. Resulta que el papá de Jóse Rafael nació por los años 1900 y su primer recuerdo fue la muerte de su padre cuando tenía cinco años. Sí, sí, un momento muy emotivo. Aunque, según papá Guzmán, no lloró porque no tenían tiempo para eso. Además, nos cuenta que cuando era niño, su abuela tenía una paloma que nunca se bajaba del hombro. La paloma era muy gorda y un día la encontraron muerta. De ahí nació un refrán familiar que Jóse Rafael revela en este episodio.

Pero no nos quedemos ahí, porque descubrimos que el papá de José Rafael quería ser ingeniero civil, pero terminó estudiando administración por falta de cupo. Y sí, también fue abogado y estudiante de estadística. ¡Un hombre multifacético! Ah, y no olvidemos su época de conquistador, donde levantaba novias como si fueran Transformers. ¡Es todo un campeón!

Y hablando de novias, resulta que José Rafael es el resultado de un amorío que comenzó con una invitación a tomar café y terminó en un crucero por el Caribe, donde los padres de Jóse ganaron una competencia de baile. ¡Quién diría que los Guzmán tenían tanto ritmo! Además, papá Guzmán nos cuenta como noche de vino, fue suficiente para tener a José Rafael.

¡Pero la diversión no acaba ahí! Nos adentramos en el mundo de las anécdotas familiares, donde descubrimos que Jóse Rafael fue un deportista de alto nivel... ¡En su imaginación! También escuchamos sobre la infancia de Jóse Rafael, encerrado en jaulas de conejos y recibiendo heridas de guerra al intentar batear. ¡Todo en nombre del deporte!

Finalmente, terminamos con un breve recuento de los altibajos académicos de Jóse Rafael en la Universidad Católica Andrés Bello, donde raspó algunas materias y decidió cambiar de carrera.

En resumen, este episodio de "El Humano es un Animal" nos llevó por un viaje lleno de momentos emotivos, anécdotas peculiares y hasta un toque de romance. La familia Guzmán nos mostró que la vida puede ser divertida y un poco caótica, pero al final, siempre hay historias que contar.