Uno de los temas discutidos fue la apariencia física de Lucho y cómo algunas personas lo consideran el comediante más atractivo de argentina. También se mencionó la cultura del mate en Argentina, incluyendo la forma en que se consume, el uso de los kit de mate y las diferencias generacionales al respecto.

La conversación también se centró en las relaciones familiares de Lucho Mellera, destacando la relación cercana que tuvo con sus padres, quienes lo apoyaron en su carrera artística desde joven. Se resaltó la importancia de contar con un apoyo emocional en la vida.

Lucho compartió que en su infancia y adolescencia, jugaba al básquetbol y mostraba habilidades en este deporte. Sin embargo, a diferencia de la expectativa común de los jóvenes argentinos, no se interesó tanto por el fútbol. Esta elección personal fue respaldada por sus padres, quienes lo apoyaron en su decisión.

En cuanto a su educación, Lucho mencionó que asistió a la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero la abandono porque le causaba estrés la presión administrativa y cómo funcionaba la universidad. Luego, se inscribió en un instituto privado donde cursó la carrera de Creatividad Publicitaria, la cual se pagaba con un trabajo externo.

Antes de dedicarse por completo a la comedia, Lucho trabajó en una cafetería, donde tenía un horario de 10 horas diarias. Aunque no disfrutaba del trabajo, no veía otra opción clara para ganarse la vida haciendo algo que le gustara.

Fue en este contexto que un compañero de trabajo le recomendó incursionar en el mundo del stand-up comedy. Siguiendo ese consejo, Lucho decidió tomar talleres de stand-up y leer obras de comediantes reconocidos, como Fernando Sanjiao.

En su primera presentación en un escenario de stand-up, Lucho experimentó una gran aceptación por parte del público. A partir de ese momento, comprendió que el camino en la comedia requeriría tiempo y trabajo, pero también vislumbró la posibilidad de hacer reír a las personas y se sintió motivado por ello.

En resumen, antes de embarcarse en su carrera como comediante, Lucho Mellera tuvo una trayectoria que incluyó la práctica de básquetbol, la elección de no seguir el camino tradicional del fútbol, la experiencia laboral en una cafetería y el descubrimiento de la comedia a través de talleres y lecturas.