Oseas, rey de Israel, se somete a Asiria. Pero al morir Teglatpalasar III y ocupar el trono de Asiria un nuevo rey, Salmanasar V (727-722 a.C.), Oseas ve posibilidades de liberarse del yugo asirio recurriendo a la ayuda de Egipto. El doble juego de la política de Oseas provoca la conquista de Samaría, la deportación de parte de sus habitantes y la desaparición del reino del Norte para siempre.