Cada uno de nosotros viene a esta Tierra con un propósito y un camino por recorrer. Es tan fácil distraernos con el camino del otro, vemos lo que le falta, le queremos ayudar, queremos que avance a nuestro ritmo y en ese proceso no entendemos que cada quién tiene su ritmo, entonces nos frustramos!

En este episodio vamos a tratar de comprender que el hecho de que yo tengo mi proceso y los demás tienen el suyo es clave para poder darme más atención, más amor, más energía y no frustrarme cuando el otro no quiera avanzar o parezca querer quedarse en el mismo lugar. Todos tenemos nuestros retos, nuestras etapas, nuestras formas y nuestros ritmos y está bien! 

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