Mardoqueo pide a Ester que interceda por su pueblo apelando a la responsabilidad que tiene como reina. La petición de Mardoqueo a Ester supone arriesgar la propia vida para intentar salvar la de todo su pueblo. Ester accede y Mardoqueo hace una plegaria a Dios que recuerda varios Salmos y otras oraciones del Antiguo Testamento. Proclama el poder del Señor y su dominio sobre todas las cosas y lo invoca con la confianza de que seguirá cuidando de su pueblo como ya lo hizo con Abrahán, Isaac y Jacob, y con todos aquellos a los que libró de Egipto. Ester, por su parte, también invoca al Dios Altísimo con una oración confiada en la que implora el auxilio del Señor.