Al enterarse el rey Antíoco de la derrota de sus hombres, manda reunir un ejército muy poderoso para luchar contra Judas y los suyos. Antíoco va a Persia para recaudar impuestos y pone al frente del reino a Lisias, confiándole también la educación de su hijo Antíoco. Lisias envía a Tolomeo, a Nicanor y a Gorgias a la tierra de Judá con el mandato de destruirla como había ordenado el rey Antíoco. Judas y los suyos se reúnen en el santuario de Mispá, frente a Jerusalén, para invocar la ayuda del Señor. Gorgias toma consigo cinco mil hombres y un millar de jinetes para atacar a los judíos de improviso por la noche, pero Judas y sus hombres se enteran y se enfrentan a ellos alcanzando una gran victoria.