Al perdón podría considerársele una clase de ficción feliz: una manera en la que nos que no saben pueden salvar la brecha entre su percepción y la verdad.
No pueden pasar directamente de la percepción al conocimiento porque no creen que ésa sea su voluntad.
Esto hace que Dios parezca ser un enemigo en lugar de lo que realmente es.
Y es precisamente esta percepción demente la que hace que no estén dispuestos simplemente ascender y retornar a Él en paz.