Cuando pecamos o le fallamos a Dios con nuestras acciones podemos sentirnos como si algo nos hubiese empujado a un lugar lejos donde ya no esta Dios. En distintas ocasiones podemos sentir que ya Dios no nos quiere, o que por algo que hemos hecho no somos merecedores de Dios. La Biblia nos habla de que verdaderamente NADA nos puede separar del amor de Dios, ni aun nosotros mismos. Acompañanos a con una tazita de cafe, hablar de ese amor incomparable de Dios.