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Habia una vez un hombre que siempre habia querido vivir la mayor de la aventuras. Desde pequeño habia leído y oído miles de historias sobre caballeros que salían a recorrer el mundo en caceria de dragones. Su mente se habia hecho a la idea de que algún dia seria él el protagonista de alguna historia de caballería que seria contada por miles de personas en miles de pueblos. El sería el mejor cazador de Dragones del mundo. Su nombre seria recordado por muchas generaciones.
Cuando este muchacho se hizo hombre, decidio hacer realidad su sueño y tomando sus pocas pertenencias se encamino hacia lo mas profundo de la china donde habia leído vivian los mejores cazadores de dragones y los mas maestros cazadores. Despues de mas de un año de viaje por ríos, valles y enormes montañas finalmente llego a un templo donde decían que vivía el mas grande maestro cazador.
El maestro, un viejo de edad profunda, lo recibió con sus ojos cansados y después de que el hombre le explico que su sueño era salir a matar dragones, le abrió el porton principal de su templo para que allí se pudiera entrenar.
El templo tenia un gran patio central y en aquel patio el discípulo comenzó su entrenamiento. Desde el primer dia el hombre debía levantarse con el alba y después de hacer meditaciones y rezos comenzaba a entrenarse físicamente para logra una condición física adecuada para enfrentarse a un dragón. Y después de extenuantes horas de labor y entrenamiento físico, recibía una pequeña comida con un tazón de te y debía irse a dormir para estar preparado para el siguiente día, que seria exactamente igual que el anterior.
Pasado dos años el hombre desarrollo habilidades físicas insospechadas. Su porte habia cambiado y ya era muchísimo más musculoso que antes. Su andar se había transformado de tal manera que era casi imposible percibir cuando se desplazaba de un lugar a otro y su capacidad de resistencia física era increíblemente superior. Era un guerrero portentoso.
Luego de llegar a ese punto, el maestro le dijo que podía pasar a la segunda fase. El entrenamiento mental. Aparte de continuar su entrenamiento físico ahora el hombre debía soportar interminables meditaciones mentales que le ayudaran a continuar con el reto de buscar en solitario durante muchos meses la presencia de los dragones. Los retos mentales requerían mucha paciencia y autocontrol. Y para ello tenia que vivir aislado sin tener contacto humano por muchos meses. Después de un par de años, el hombre era capaz de resistir meses en soledad sin perder la razón y manteniendo su mente alerta.
Pasados el entrenamiento físico y mental, debía comenzar con el entrenamiento espiritual, Para buscar y enfrentar a los dragones era necesario estar en pleno control de sus emociones e intereses personales. Debia abandonar todo interés personal y todo egoísmo ya que los dragones son seres muy inteligentes y pueden hacer flaquear a cualquier adversario tentándolos con riquezas y poder. El hombre tuvo que enfrentarse a si mismo y reconocer hasta el más minimo detalle de su personalidad, par así superar sus deficiencias como persona. Largos años fueron necesarios para poder limpiar su espíritu de todas sus impurezas.
Finalmente y gracias a muchos años de esfuerzo y entrenamiento el hombre que desde pequeño habia querido ser un gran cazador de Dragones habia llegado al final de su entrenamiento junto a su anciano maestro.
Llegado el dia de su gradución como maestro cazador de dragones, el maestro lo hizo caminar hasta el centro del patio central donde este habia pasada años entrenándose y con voz solemne le dijo.
Discipulo amado. Años has vivido en este templo, entrenándote duramente para salir al mundo y enfrentar a los dr
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Habia una vez un hombre que siempre habia querido vivir la mayor de la aventuras. Desde pequeño habia leído y oído miles de historias sobre caballeros que salían a recorrer el mundo en caceria de dragones. Su mente se habia hecho a la idea de que algún dia seria él el protagonista de alguna historia de caballería que seria contada por miles de personas en miles de pueblos. El sería el mejor cazador de Dragones del mundo. Su nombre seria recordado por muchas generaciones.
Cuando este muchacho se hizo hombre, decidio hacer realidad su sueño y tomando sus pocas pertenencias se encamino hacia lo mas profundo de la china donde habia leído vivian los mejores cazadores de dragones y los mas maestros cazadores. Despues de mas de un año de viaje por ríos, valles y enormes montañas finalmente llego a un templo donde decían que vivía el mas grande maestro cazador.
El maestro, un viejo de edad profunda, lo recibió con sus ojos cansados y después de que el hombre le explico que su sueño era salir a matar dragones, le abrió el porton principal de su templo para que allí se pudiera entrenar.
El templo tenia un gran patio central y en aquel patio el discípulo comenzó su entrenamiento. Desde el primer dia el hombre debía levantarse con el alba y después de hacer meditaciones y rezos comenzaba a entrenarse físicamente para logra una condición física adecuada para enfrentarse a un dragón. Y después de extenuantes horas de labor y entrenamiento físico, recibía una pequeña comida con un tazón de te y debía irse a dormir para estar preparado para el siguiente día, que seria exactamente igual que el anterior.
Pasado dos años el hombre desarrollo habilidades físicas insospechadas. Su porte habia cambiado y ya era muchísimo más musculoso que antes. Su andar se había transformado de tal manera que era casi imposible percibir cuando se desplazaba de un lugar a otro y su capacidad de resistencia física era increíblemente superior. Era un guerrero portentoso.
Luego de llegar a ese punto, el maestro le dijo que podía pasar a la segunda fase. El entrenamiento mental. Aparte de continuar su entrenamiento físico ahora el hombre debía soportar interminables meditaciones mentales que le ayudaran a continuar con el reto de buscar en solitario durante muchos meses la presencia de los dragones. Los retos mentales requerían mucha paciencia y autocontrol. Y para ello tenia que vivir aislado sin tener contacto humano por muchos meses. Después de un par de años, el hombre era capaz de resistir meses en soledad sin perder la razón y manteniendo su mente alerta.
Pasados el entrenamiento físico y mental, debía comenzar con el entrenamiento espiritual, Para buscar y enfrentar a los dragones era necesario estar en pleno control de sus emociones e intereses personales. Debia abandonar todo interés personal y todo egoísmo ya que los dragones son seres muy inteligentes y pueden hacer flaquear a cualquier adversario tentándolos con riquezas y poder. El hombre tuvo que enfrentarse a si mismo y reconocer hasta el más minimo detalle de su personalidad, par así superar sus deficiencias como persona. Largos años fueron necesarios para poder limpiar su espíritu de todas sus impurezas.
Finalmente y gracias a muchos años de esfuerzo y entrenamiento el hombre que desde pequeño habia querido ser un gran cazador de Dragones habia llegado al final de su entrenamiento junto a su anciano maestro.
Llegado el dia de su gradución como maestro cazador de dragones, el maestro lo hizo caminar hasta el centro del patio central donde este habia pasada años entrenándose y con voz solemne le dijo.
Discipulo amado. Años has vivido en este templo, entrenándote duramente para salir al mundo y enfrentar a los dr