Share Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
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By Juan David Betancur Fernandez
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Había una vez un anciano ermitaño que se había retirado a lo alto de una montaña para alejarse de las debilidades del ser humano. Sabiendo que su forma humana estaba llena de tentaciones tanto físicas como espirituales se dedicó a una vida simple pero gratificante. La vida de aquel que es capaz de comprender lo imperfecto que podemos ser.
Desde lo alto de la montaña aquel ermitaño veía como todo transcurría en el mundo sin que lo afectara a el y así podía dedicarse a la contemplación y el perfeccionamiento del alma.
Este ermitaño llevaba muchos años viviendo en soledad y sus prácticas alimenticias y corporales lo llevaron a ser muy longevos, sus cabellos eran tan blancos como la nieve y su rostro estaba surcado por arrugas profundas que contaban historias de más de cien años de vida. Pero lo más sorprendente es que a pesar de su edad, su mente seguía aguda y su cuerpo tan flexible como una caña de bambú.
Pero lo que era más sorprendente es que a través de años de estricta disciplina y severas austeridades, este ermitaño había alcanzado un dominio impresionante sobre sus facultades y desarrollado extraordinarios poderes psíquicos. Pero, a pesar de todo ello, no había logrado aplacar su orgulloso ego.
Como la muerte no perdona a nadie, un día, Yama, el Señor de la Muerte, envió a uno de sus emisarios para que atrapara al ermitaño y lo llevara a su reino. Una mañana el ermitaño despertó con una sensación extraña, y haciendo uso del avanzado poder de clarividencia que había desarrollado pudo ver con anticipación que una fuerza mortal se acercaba a el. Pudo ver la figura del emisario de la muerte y antes que este se hiciera presente en su cueva en las montañas pudo prepararse. Adivinando las intenciones de la muerte decidio que el lo engañaría para así evitar que lo sacara del mundo. Utilizando la técnica de la multiplicidad del ser y la ubicuidad creo 39 copias exactas de su ser y las instalo a lo largo y ancho de su caverna. Las copias eran totalmente funcionales y así cuando el emisario de Yama el señor de la muerte entro vio como 40 seres con idénticas características del ermitaño vivían y se desplazaban por la gruta.
Para el emisario esto era totalmente extraño, nunca había visto que un ser tuviera copias y menos aún que estas fueran exactamente iguales hasta los mínimos detalles. Le era absolutamente imposible distinguir el cuerpo del ermitaño que había venido a buscar y sabía que no podía simplemente coger alguno de ellos y llevárselo. o. Frustrado, el emisario de la muerte regresó junto a Yama y le explicó lo ocurrido.
Yama, el poderoso Señor de la Muerte cuando llego el emisario se extrañó de que regresara solo, así que le pregunto que había sucedido para que no hubiera cumplido con la tarea asignada. El emisario apenado se dedicó a narrarle como había entrado a la gruta y como había sido sorprendido por decenas de seres idénticos a el ermitaño que debía llevarse. Y como había decidido regresar debido a la imposibilidad.
Yama, reflexionó por unos momentos comprendiendo claramente el predicamento en que se encontraba su emisario, pero como era la muerte y había confrontado por milenios a millones y millones de seres humanos comprendió que debía hacer para que el ermitaño cumpliera con el deber sagrado y eterno de la muerte.
Llamando suavemente a su emisario, se acercó a el y con baja voz se acercó a su oído y le susurro unas cuantas palabras. El emisario sonrió cuando escucho las instrucciones e inmediatamente salió hacia la caverna del ermitaño que lo había engañado.
Una vez más, el ermitaño, con su poder de la clari
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Hoy continuamos con otra de las 12 tareas de hercules.
Había una ver un héroe griego semi dios llamado Heracles o hercules para los romanos
Heracles como veíamos hace algunos cuentos atrás había cometido el peor de los crímenes contra su propia famila y necesitaba pedir perdón y lo obligaron a ser el esclavo de el rey Euristeo y tenía que hacer lo que este rey le ordenara. Después de cazar al leon de nemea, a la hidra de lerna y de atrapar a la cierva de cerinia
Euristeo que ya estaba cabezon con la eficiencia de hercules le dijo.
Entonces Heracles… ahora si te voy a poner algo tenaz. Te toco ir.a atrapar el Jabali de erimanto
El jabalí que vivía en la montana de erimanto tenía fama mundial por que era bien malo,
Pero no solamente tenía que atraparlo, lo tenía que traer al palacio de el; rey Euristeo.
Debía cazar al jabalí de Erimanto y debía, ahí es nada, traerlo vivo a palacio.
¿Y qué tenía de especial este jabalí para que Euristeo lo considerase una presa tan preciada?, El jabalí era tan fuerte que era capaz de tumbar un árbol de un solo envion y tenía la fea constumbre de matar el ganadito y a los hombres que por allí se veían caminando. Ese jabalí era bien mala leche.
. Todos los días el jabalí bajaba de su guarida en la montaña atacando, hiriendo y comiéndose cuanto se encontraba en su camino. Una presa complicada, como siempre, a la que se debía enfrentarse Hércules.
En cuanto le asignaron ese trabajito Heracles se puso en camino pero al poner la dirección en su gps se dio cuenta que eso estaba bien lejos y decidio parar donde su amigo el centauro Folos para descansar y tomarse un buen vinito.
Folos era un centauro, como quien dice mitad caballo y mitad humano. Y le fascinaba el buen vino. Y parece que tomaba bastantico. De ahí viene el dicho de bebe como un caballo.
El punto es que Heracles se sentó a tomar y a tomar vino del bueno durante la noche, pero a medida que pasaba la noche y el vino fluia y la conversación se ponía más interesante a Heracles le fue dando mucha sed y le pidió a su amigo Folos que le regalara un poco de el vino que había escondido el dios Dionisio para ocasiones especiales
Y Folos muy amablemente saco de la cueva el vino y comenzó a servirlo. Pero como este vino era tan exquisito y producia un olor tan estupendo los demás centauros lo olieron y desde leguas a la redonda comenzaron a correr hacia donde estaba Heracles y su amigo Folos.
Y allí llegaron los demás centauros en tropel y bastante enojados porque cada que ellos le pedían a Folos que sacara el vino de Dionisio, este les decía que no que porque ese vino era solo para las visitas. Así que se aguantaran las ganas.
Y allí llegaron los centauros armados con piedras, hachas, antorchas y rodearon a Heracles y a Folos.
Pero Heracles que no era ninguna perita en dulce se levanto, tomo sus flechas envenedadas con la sandre de la hidra de lerna y saltando por los aires empezó a lanzar flechas envenenadas a diestra y siniestra.
Y allí cayeron muchos centauros y solo unos pocos escaparon con vida.
Pero la suerte no acompano a Folos ya que tomo una de las flechas que habían matado a los centauros y se maravillaba que algo tan pequeño fuera tan mortal, Pero la flecha se le resbalo y le cayo en un pie. Y el veneno hizo efecto y lo mato
Después de derrotar a los centauros y con el corazón
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Había una vez un ministro del emperador que tenía fama de sabio. Todo el mundo le alababa, pero nadie sabía decir por qué.
-Ese hombre es tan tonto como nosotros -comentó un campesino con sus amigos. Sólo porque tiene poder, la gente piensa que es inteligente.
-Si es así, ¿por qué no le desenmascaras? A lo mejor el emperador te nombra ministro.
-Lo haré -respondió el campesino. De eso podéis estar seguros -y todos se echaron a reír, porque pensaban que entre los animales y los hombres que labran la tierra no hay mucha diferencia.
Sin embargo, el campesino poseía una inteligencia despierta y una valentía sin límites. En cuanto llegó a su casa se disfrazó de monje y se lanzó a los caminos.
-Una limosna -decía cada vez que se cruzaba con alguien. Nuestro monas-terio es rico, pero quienes lo habitamos somos pobres.
Raramente se marchaba con las manos vacías. Su interpretación era, de hecho, tan perfecta que un día hasta su mismo padre le echó una moneda.
«iNo me ha reconocido! -se dijo. alborozado, el campesino. Creo que estoy ya preparado. ¿Para qué perder más tiempo?»
Entonces se dirigió al embarcadero. Lo usaban sólo los comerciantes para atravesar con sus riquezas el río. Siempre estaba protegido por soldados y no permitían que nadie se acercara a él.
-No puedes entrar -dijeron al verle. Por aquí pasa tanto dinero que, si no andamos con cuidado, más de un ladrón haría su agosto.
El campesino hizo como si no hubiera oído y siguió adelante.
-Bah, déjale -dijo uno de los soldados. Es un pobre monje. ¿Qué mal puede hacer?
Sin embargo, a los comerciantes no les pareció bien que una persona así atravesara con ellos el río. No estaban equivocados. Apenas se despegó el barco de la orilla, el falso monje empezó a repartir entre ellos cuentas para recitar los cien nombres de Buda y dijo:
-Vosotros chupáis la sangre al pobre y engordáis con ella. Arrepentíos y quizá logréis romper el penoso ciclo de la reencarnación.
Algunos estaban tan asustados por la velocidad de la corriente que preguntaron:
-¿Qué podemos hacer? ¡Nosotros somos comerciantes! El falso monje respondió:
-Repetid los cien nombres de Buda.
Los comerciantes así lo hicieron, pero el monje no parecía satisfecho.
-¿Es que no notáis la presencia de la muerte? -gritaba sin cesar. ¡Repetid con más fuerza los cien nombres del Inmutable!
Los comerciantes los recitaron con tanto empeño que se hipnotizaron unos a otros y cayeron en trance. Entonces el campesino les robó todo lo que llevaban y se marchó nadando hacia la otra orilla.
En cuanto se enteró de lo ocurrido, el ministro sabio no salía de su asombro.
-¿Que un monje ha desvalijado el barco de los comerciantes? -preguntaba, irritado.
-Sí -respondieron algunos de ellos. Ha sido un castigo divino. Nosotros mismos vimos cómo el monje volaba por los aires.
El pueblo se enteró de lo ocurrido y empezó a comentar:
-Nuestro ministro no es tan sabio como creíamos. Si un monje es capaz de robar y quedar impune, ¿qué no podrá hacer un bandido?
Aquella noche el campesino volvió a preguntar a sus amigos.
-¿Veis cómo tenía razón? Hasta las personas más ignorantes se han dado cuenta de que nuestro ministro es incapaz de capturar a un pobre monje.
-¿De qué te extrañas? -le respondieron. Ese hombre era un enviado de Buda. ¿Cómo se puede apresar a quien puede volar por los aires?
El campesino tuvo, pues, que volver a disfrazarse. Esta vez se vistió de mujer. Como era joven y tenía los ojos tristes, apenas se notaba que era un hombre. Además, poseía un perfume que emborrachaba los sentidos. Se lo hab
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Hoy continuamos con heracles o Hercules según los romanos. Y continuamos con una más de la tareitas que el rey euristeo le estaba poniendo a Heracles para que espiara el pecado de habar matado a su familia. Así que sigamos contando.
Había una vez un tal Heracles que según dicen era el GOAT y que estaba cumpliendo con las tareas que le ponían y que en esa época simplemente eran casi que imposibles..
Pues el hijito de Zeus estaba de muy buena vibra cuando llego a contarle a su boss que había matado a la hidra de lerna y este Euristeo que estaba siendo asusado por Hera con h, le dijo.
Así ahora te va tocar ir a cazar la cierva de Cerinitia.
Heracles que ya se estaba creyendo la ultima cocacola del desierto pensó. Easy peasy sto si es muy fácil espere y vera como voy la cazo y la traigo antes de que se ponga el sol. Y salió a la carrerita para Enoe que era donde le habían dicho que vivía la tal Ciervita.
Lo que no le dijeron y que fue averiguando a medida que iba de camino a cazarla es que la tal ciervita no era para nada pequeña…. Era más grande que enorme más alta que cualquier caballo y más fuerte que cualquier toro.
La cierva era una de las cinco ciervas que artemisa o diana para los romanos que era la hermana de apolo había encontrado mientras salia a cazar, pues resulta que cuando artemisa vio a las cinco cierva pudo cazar 4 pero esta que era la más fiera y veloz se le escapo. La ciervas eran hermosas y tenían una cornamenta de oro (ok sus papas le van a decir que las ciervas no tienen cornamenta pero esta si lo tenían y doradas).
Lo cierto es que esta cierva vivía a sus anchas en el monte Cerinia y artemisa había dado orden que nadie, absolutamente nadie la podía tocar. Que la cierva estaría consagrado a ella y que cualquiera que la tocara, hiriera o matara cometeria un pecado tenaz. Y que ella no lo perdonaría. Era tal la obsesión de la diosa artemisa que le mando a poner un collar que decía que estaba dedicada a Artemisa.
Pero Heracles que ya se había enfrentado a leones y a hidra pensó …. Noo si esto pan comido. Esta hoy mismo la cojo y listo.
Llego pues Heracles y cuando la vio pastando calmadamente se le avalanzo, pero la cierva era muy fregada y alcanzo a olerlo, Que no creemos que fuera difícil si contamos que el dios no se banaba mucho y tenía una piel de leon encima. Bueno resulta que la cierva lo olio y puso pies en polvorosa. Como quien dice le hizo un ghosting versión clásica. Se le desaparecio en un santiamén.
Y ahí comenzó el baile. Heracles comenzó a perseguirla cual Stalker , se dice que le revisaba el Instagram para saber donde estaba y que estaba haciendo y ahí mismo corría para allá.. Pero nada cuando se le acercaba ya la cierva se había pisado para otro lugar.
Así que el trabajito que inicialmente Heracles pensaba que iba a ser bien fácil se le complico y dicen que se demoro más de una ano en la perseguidera. Y el que pensaba que lo iba a ser en un solo día. Es que la ciervita si le salió de lo más de retrechera
Pues de tanto perseguirla y perseguirla finalmente logro acorrararla en la arcadia del Peloponeso en la antigua Grecia.
Pues allí le cayo Heracles a la cierva y como le habían advertido que si le hacia dano la diosa artemisa lo castigaria decicio atraparla simplemente decidio enviarle una flecha a una de sus patas y allí la incapacito. Luego con mucho cuidado la cogio para no lastimarla y se la cargo en sus hombros y cogio para donde Euristeo.
Pero en pleno camino se encontró con artemisa y con apolo. Y los dos he
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Habia una vez un conejito llamado Tito que vivía en un bosque encantado. Tito era un conejito muy curioso y cuando era de noche salia de la casa de sus padres para mirar el cielo y maravillarse con las estrellas. Allí en el medio del bosque había un sitio donde no había muchos arboles y solamente había una fuente de agua que servia a todos los animales del bosque. Como era una fuente de agua mágica todos los animales que tomaban de su agua se volvían muy felices y además vivían por siempre. Por esta razón muchos unicornios iban alli todo los días a tomar agua.
Tito le gustaba mucho ir a la fuente ya que podía conocer muchos animales fantásticos y por esta razón muchos lo conocían a el. Aquella noche Tito salió pues de la cas de sus padres y cuando llego a la fuente de agua encontró que en la laguna que formaba la fuente había una luz que nunca había visto. Era una luz muy brillante y muy bella. Una luz blanca que llenaba todo el estanque y que se reflejaba sobre todo lo que allí había cerca.
Tito con sus pequeños saltos de conejito se acercó pero con un poco de temor. No sabía que era esa luz pero lo atraía mucho. Cuando llego a la orilla del pequeño lago vio algo que lo asombro, tanto lo asombro que salto hacia atrás y cayo de espaldas. Cuando se levanto miro de nuevo y efectivamente se dio cuenta que había un circulo de color plateado en la superficie del lago.
No lo podía creer, el circulo era tan redondo y bello que no podía apartar sus ojos de conejo sobre aquello que veía. Lentamente se fue acercardo más y más a la orilla hasta que sus pequeñas patitas de conejo comenzaron a tocar el agua formando una pequeña olita que atravesó todo el lago, así que dio otro pasito y otro y otro hasta que llego a la mitad del lago donde estaba el circulo de plata.
Pero no había nada allí, solamente había agua y sobre esta agua seguía la imagen del aquel circulo plateado. Lo trato de coger con sus paticas delanteras pero no tocaba nada. Solo el agua del manantial mágico.
De pronto oyo una voz desde la orilla. Era una unicornio de color azul con su cuerno dorado. El unicornio le dijo. No hay nada allí es solo el reflejo de la luna llena.
Tito se sintió confundido ya que no entendía que era eso de la luna llena así que le pregunto al unicornio. Luna Llena que es eso.
El unicornio solto una carcajada y le dijo.
Mira hacia arriba y lo entenderas.
Tito miro hacia arriba y vio la más bella imagen que hubiera visto nunca. Era un circulo blanco con luz plateada y de gran tamaño que flotaba sobre el bosque entre las estrellas.
Lo que más le llamo la atención era que este circulo era perfecto, redondo y brillante. Y su luz era muy pero muy bella. Tan bella que dentro del alma de aquel pequeño conejito comenzó a crecer una idea. Queria tocar esa luz, quería tocar aquello que el unicornio llamaba luna. Sentia una necesidad enorme de acercarse a ella.
Así que le dijo al Unicornio. Oye yo quiero tocar la luna… pero veo que esta muy lejos. El unicornio inicialmente se rio pero luego con cara seria le dijo.
No creo que sea buena idea. Dejame yo llamo a mi amigo el buho para que te explique. El buho era el más sabio de los seres del bosque encantado y siempre tenía alguna respuesta para cualquier pregunta. Además se decía que gracias al agua de la fuente milagrosa había vivido por muchos anos y que por eso su sabiduría era infinita.
Cuando el unicornio produjo un sonido de llamado, un buho llego volando y se poso cerca a donde estaba el unicornio. Luego dijo. Amigo Unicornio, porque me has ll
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Había una vez un héroe llamado Heracles, o Hercules para los romanos que Como veníamos viendo Euristeo le puso una serie de tareas que debía cumplir para sacarse de encima esa media bobadita de haber matado a su familia. Y Heracles como todo buen héroe se dispuso a cumplirlas. Inicialmente fue el leon de Nemea pero ahora le tocaba la Hidra de Lerna .
La hidra de lerna era un serpiente era un ser monstruoso que había sido criado por su mayor frenemy o sea Hera pero con H. La hidra crecio protegida por Hera en un pantano llamado Lerna y tenía la peculariedad de haber nacido con 9 cabezas…. Y de todas ellas salía veneno. Como quien dice difícil de tratar con ella ya que hacerle el quite a 9 cabezas es como difícil y bien viperinas.
Pero como hercules se le media a cualquier baile decidio que no se le iba a arrugar a dicho reto y cogio camino para Lerna…. Pero como no era bobito de pasada paso por la casa de su sobrino Yolao y le dijo. Parce vengase conmigo que le tengo un trabajito de medio tiempo para que se haga su platica. La verdad es que parece que Yolao se le apuntaba hasta a la movida de un catre porque inmediatamente dijo.
Listo Tio para las que sea. Cuente conmigo.
Y así Heracles y Yolao cogieron camino para el pantano.
Cuando llegaron allí se asomaron con cuidado y con mucho disimulo le preguntaron a los vecinos del pantano que como era la movida con la culebrita esa.
Los manes que vivían cerca al pantano, se timbraron y con mucho susto le dijeron.
Nooo mijito ustedes dos están paila. Se vinieron a bailar con la más fea literalmente. Esa culebra es peor que deber platica. Les podemos decir que de su boca sale un olor tan horrible que el que lo huele queda ahí tirado inmediatamente. Y además recuerde que ella tiene como 9 cabezas Y dicen que esas cabezas son muy jodidas ya que si uno le corta una cabeza le salen otras dos más del mismo punto. Así que no se hagan ilusiones y más bien cojan camino por donde vinieron.
Heracles que oye esto e inmediatamente se reunió con Yolao para planear la estrategia. Así que le dijo a su sobrino
Yolao mijo. Vamos a hacer lo siguiente. Mientras yo preparo el hacha para que me quede bien afilaita usted se va para aquel bosque y le prende candela a unos cuantos arboles, cuando ya esten bien quemados se trae unas cuantas ramas bien prendidas y espera a que yo le diga que tiene que hacer.
Y dicho y hecho. Cuando Yolao volvió con una docena de ramas encendidas, Heracles se le acercó y le dijo.
Listo ya estoy listo y usted me va a ayudar. Yo me voy a meter al pantano y cuando esa culebra de 9 cabeza salga yo le salto encima y a la cabeza más cercana le pego su hachazo. Pero ahí mismo es donde necesito su ayuda, cuando yo corto una cabeza usted se viene con uno de los tizones encendidos y quema el cuello de la cabeza que dada en la culebra. Así no podrán salir más cabezas de allí.
Y así sucedió Heracles salto al pantano e inmediatamente la culebra lo sintió y salió a la superficie. Pero Heracles que ya estaba preparado le mando el guascazo y zaquete una cabeza cayo y Yolao que era muy vivo se acercó y con un rama en fuego quemo el cuello. Y se podrán imaginar el olorcito. Terrible pero así es la vida. Luego Heracles empezó a rodear a la serpiente y a darle hachazos a cada una de las cabezas. Y Yolao a quemar los cuellos. Y así iban muy felices cortando cabeza y cauterizando como dicen los médicos.
Pero Hera con h que era muy fregada se la pillo y dijo . Espere y vera que este pati rajado no me la gana. Y mando un cangrejo gigan
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Habia una vez un hombre que se dice deambulaba por el mundo. El hombre se dice que ha vivido varios miles de anos y que debido a esto le habia tocado experimentar todo tipo de circunstancias y le habia tocado adaptarse a todos los cambio posibles que el mundo ha ofrecido.
El hombre pese a haber vivido durante tantos anos todavía no entiende porque su vida no termina.
Su cuerpo no ha cambiado en absoluto, su mente sigue igual a como era hace más de 2000 anos
Todavía tiene los recuerdos de su trasegar por el mundo y de cada sitio que visito.
Mientras sus amigos envejecían y cambiaban con el tiempo, él permanecía igual, con la misma apariencia y la misma energía inagotable.
Al principio, este hombre pensó que era una bendición. Viajó por el mundo, aprendiendo de diferentes culturas y acumulando conocimientos que pocos podían imaginar. Conoció a grandes figuras históricas, presenció eventos que cambiarían el curso de la humanidad y se convirtió en un sabio buscado por reyes y emperadores. Su nombre se volvió familiar en miles de comunidades porque gracias a sus multiples experiencias había podido analizar cada situación y encontrar una solución para cada uno de los problemas.
Realmente la inmortalidad le ofrecia una perspectiva diferente. Obviamente el saber que no iba a morir le permitía tomar decisiones de manera diferente y le permitía ampliar sus conocimentos de una forma ilimitada. Este hombre aprendio a hablar cientos de idiomas, conoció hasta los más recónditos lugares del mundo ya que nunca temia morir, se caso cientos de veces y tuvo miles de hijos. Además sus inversiones lo volvieron muy pero muy rico.
Pero todo esto que podría ser una bendición le fue mostrando el lado amargo.
El vivir en un mundo en constante cambio lo llevaba a tener que adaptar toda su vida a nuevas costumbres
Su inmortalidad lo hacia sospechoso para aquellos que se daban cuenta que no envejecia y en multiples ocasiones fue acusado de brujeria obligándolo a huir para no causar problemas en la comunidad.
Vio a sus seres queridos envejecer y morir, mientras él permanecía inalterable. Con cada relación que tenía y con cada hijo que tenía pasaba por el dolor de la perdida o los sufrimientos de verlos enfrentar las enfermedades propias de los mortales
En algunos momentos de su larga y eterna vida sentía que perdia el propósito de vida. Saberse eterno le eliminaba la sensación de urgencia y algunas veces los llevaba a dejarse llevar por la pereza y la desidia
Habiendo perdido tantas personas durante los anos , La soledad se convirtió en su compañera constante, y aunque tenía el mundo a sus pies, anhelaba la simplicidad de una vida mortal.
Pero lo peor de todo es que con el tiempo un recuerdo fue creciendo en su alma. No entendía porque el era el único ser viviente que no tenía una fecha de muerte, pero si recordaba ese momento en que se volvió inmortal.
Pero tenía una esperanza en su alma, le habían dicho que algún día aquel que lo había vuelto inmortal regresaría.
Y ese día llego. Todo era un caos en el mundo, y muchos se habían ido y el los envidiaba pero su esperanza crecia. Necesitaba ese caos, necesitaba que aparecieran todos los males del mundo, necesitaba que todo llegara casi a su fin.
Y aquel día se levanto como de constumbre, salió de su casa y se dirigió al monte desde donde podía ver los acontecimientos del mundo.
De pronto una luz bajo del cielo y un ser todopoderoso y amable se hizo presente frente a el y le dijo. <
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Había una vez un hombre muy rico llamado Angus que vivía en las cercanías del pueblo de Londonderry, en la gran isla esmeralda de Irlanda. Había criado cinco hijo pero cada uno marchó para hacer fortuna en diferentes lugares lejanos.
A los pocos meses de la partida del último de los muchachos, su esposa, la bella Kate, enfermó gravemente y no hubo nada ni nadie que la pudiera salvar
Un día se despertó, se vistió con desgano y luego salió al umbral de la puerta de su casa. Allí adelante se extendían sus tierras. Algunos animales pastaban y la cosecha crecía lentamente.
-Tengo que hacer algo -se dijo mientras miraba el horizonte.
Fue entonces cuando tomó la decisión:
-Haré fortuna -se dijo.
Y así, a los sesenta años, comenzó a trabajar tan fuerte y tan duro como cuando tenía veinte. Se levantaba antes del amanecer y cuando el sol ya se había ocultado él seguía trabajando hasta altas horas de la noche.
Al terminar el año, tenía tanto dinero y tanto trabajo, que ya no le quedaba tiempo ni para dormir.
Así pues, decidió contratar a más hombres para que lo ayudaran en su labor diaria, y se dedicó a criar una sola raza de animales, es decir, a especializarse.
Y eligió las ovejas.
Las ovejas de Angus eran las más gordas, las que proporcionaban mejores lanas y las que tenían más cantidad de crías.
Cuando Angus cumplió los sesenta y tres años era un hombre adinerado.
Pero llegó un día en que las cosas parecieron darse vuelta.
Lo primero que sucedió fue la desaparición de una oveja.
Nadie le prestó la mayor importancia.
Al día siguiente sus hombres le comunicaron la desaparición de otra, y Angus comenzó a mostrarse algo preocupado.
Pero cuando al tercer día consecutivo le dijeron de la desaparición de otra oveja más, la preocupación pasó a ocupar toda su atención.
La cuarta noche Angus no pudo dormir. Algo le decía en su interior que las cosas no andaban bien. Una sensación inexplicable le atenazaba el alma.
Un poco antes del amanecer Angus salió a revisar su rebaño, y luego de contarlo tres veces se percató de que faltaba otra oveja. No había rastros ni huellas. Parecía como si el animal se hubiera esfumado.
Mandó a todos sus hombres a rastrear el terreno, buscando huellas o indicios de algún animal o algún ladrón. Cuando terminaron la búsqueda la respuesta fue rotundamente negativa.
El viejo Angus meditó por algunos instantes y finalmente dijo:
-Prepárense, esta noche todos montarán guardia.
Y así continuó el día, trabajando con las faenas acostumbradas hasta la llegada la noche. Cada uno de los hombres se armó con cuchillos, piedras, hondas y pistolones.
Angus recorrió todo el perímetro saludando a cada uno de sus hombres e instándolos a permanecer despiertos y matar a quien se aproximara a la cerca.
Esa noche no pudo dormir tranquilo, otra vez tenía esa sensación extraña, algo le decía que había una presencia maligna merodeando en el lugar.
-Esta noche yo haré la guardia. Les dijo a todos
Un rato antes del ocaso Angus salió armado con su escopeta y se sorprendió al encontrar a todos sus hombres en la puerta, esperán-dolo.
-No lo dejaremos solo, señor, lo ayudaremos a hacer guardia durante toda la noche.
Angus caminó de un puesto a otro sin dejar de mirar hacia el exterior.
Habían pasado algunas horas desde la medianoche, aún el cielo oscuro estaba plagado de estrellas y la luz del sol todavía no empezaba a asomarse cuando, de pronto, Angus tuvo una extraña sensación, la misma que había tenido la noche anterior: sentía una presencia, algo maligno que caminaba por sus tierr
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Había un hombre llamado Ramiro descendiente de vascos que vivía en tierras mapuches. El joven se mudó a un pequeño campo que había heredado de su familia, tras venir del otro lado de las montañas. Las tierras estaban muy descuidadas y los pocos animales que trajo no eran suficientes para vivir. Así que Ramiro, junto con su esposa, tuvo que trabajar muy duro para salir adelante. A pesar de sus esfuerzos, parecía que las cosas avanzaban muy lentamente.
Ramiro conoció a algunos pobladores de la zona, muchos de ellos de origen mapuche. Disfrutaba mucho conversar con ellos y escuchar las historias de tiempos antiguos, de antes de la llegada del hombre blanco. Estas historias eran especiales y no las compartían con cualquiera, lo que hacía que Ramiro se sintiera honrado por la confianza que le tenían. A veces, después de un largo día de trabajo, invitaba a algunos de ellos a su casa para pasar un rato agradable. Otras veces, iba a un almacén cercano a beber con otros hombres del campo.
Una noche, después de haber bebido un poco más de lo habitual, Ramiro regresaba a pie a su casa. Mientras caminaba en la oscuridad casi total de una noche sin luna, vio algo extraño: un grupo de tres o cuatro llamas brillantes que flotaban en el aire y daban pequeños saltos a unos dos metros del suelo. Duró solo unos segundos antes de desaparecer. Pensó que podría ser alguien con una antorcha, pero la imagen le recordó una de las historias mapuches que había oído. Intrigado, llegó a casa y despertó a su esposa para contarle lo sucedido. Ella, aún medio dormida, le dijo: "Estás bien borracho, Ramiro. Acuéstate y duerme, paisano."
Pero Ramiro, terco como buen descendiente de vascos, no se dejó convencer. Al día siguiente, sobrio (solo había tomado un par de vasitos de chicha), salió decidido a comprobar lo que había visto. Caminó hacia las montañas tratando de encontrar el lugar exacto de la aparición. Sin embargo, esa noche no vio ningún fuego mágico.
Al día siguiente fue a ver al viejo Catriel, que vivía cerca del lago, y le contó lo que había visto.
‑Puede ser ‑contestó el anciano mapuche‑. Por ese lado vive Curiqueo en una ruka de madera al ladito nomás de la montaña. Dicen que su abuela era una machi o sanadora. Puede ser...que hayas visto un Anchimayen. Ellos son pequenos seres que pueden tomar la forma de pequenos niños y qu se pueden transformar en bolas de fuego. Y el anciano le dedico todo el día en describirle las características de aquellos anchimayen.
Esto entusiasmó aún más a Ramiro, que en su mente creo la esperanza de apoderarse de un anchimayen para que le trabajara sus tierras Y de allí salió en busca de la casa del tal Curiqueo.
Ya era de noche cuando llegó. Aunque no conocía esa zona pegada a las montañas, un silbido agudo lo fue guiando hasta Curiqueo, que estaba sentado a un par de metros de la modesta casilla de madera, cuya forma recordaba muy vagamente a las rukas mapuches, y tocaba la pifülka que es una especie de flauta produciendo un sonido inconfundible que atrajo a Ramiro.. Curiqueo ni siquiera levantó la vista cuando el joven se acercó. Ramiro no podia decir como era Curiqueo. No podía decirse si era un hombre de 40 o de 120 años. Su largo cabello ocultaba prácticamente por completo su rostro. Ramiro no se sintió cómodo, pero el interés que lo había llevado allí era más fuerte que sus impresiones personales.
Saludó a Curiqueo y de inmediato le dijo que el viejo Catriel le había contado acerca de las virtudes de un anchimallén, y que él estaba muy interesado en tener uno para ayudar a mejorar su campo. Curiqueo tardó en co
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