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Había una vez un maestro que vivía al frente de un cementerio de un pueblo de la india. El maestro vivía siempre feliz y solo recibía un solo discípulo al tiempo. Asi cuando un discípulo adquiria el conocimiento y la sabiduría lo dejaba ir para recibir otro. Un dia el discípulo actúa, un hombre joven que había nacido en un pueblo vecino, se le acerco muy acongojado porque sentía que algunas de las personas del pueblo lo aceptaban amablemente, pero sentía que algunos otros resentían que el que era de otro pueblo.
El maestro con paciencia lo escucho y después de que había terminado, le dijo.
Hijo mio, la vida siempre te llevara a situaciones como esa y deberas escuchar la voz de nuestros antepasados que siempre te recomendaran lo mejor posible.
Mañana por la tarde, cuando caiga el sol, deberas entrar al cementerio que tenemos al frente y deberas ir al centro mismo del cementerio, donde permanecen los mas antiguos de nuestros antepasados. Allí y como muestra de tu respeto hacia ellos deberas hablarles diciendoles halagos, así ellos te escucharan y estarán dispuestos a oírte tus quejas sobre los vecinos de este pueblo. Luego deberas volver aca y me diras que te aconsejaron que hicieras.
El Discipulo, que respetaba mucho a su maestro, espero hasta el otro dia y cuando el sol cayo, se interno silenciosamente en el cementerio y dirigiéndose al centro mismo de el, se paro entre las tumbas y comenzó a decir a voz en cuello para que lo oyeran de todas las tumbas alrededor
Antepasados…. Ustedes que fueron los mas grandes de la historia del pueblo, que fueron nobles, que han sido el ejemplo mismo de todos los habitantes del pueblo vengo aquí a reconocerlos como el ejemplo moral y ético de nuestra cultura. Ustedes los mas sabios entre los sabios vengo aquí para postrarme humildemente ante ustedes para que me puedan dar sus sabios consejos.
Y así siguió durante algunos minutos, de halago en halago, el discípulo esperaba una respuesta por parte de los difuntos que allí se encontraban en aquel cementerio.
A media noche salió del cementerio hacia la casa de su maestro y este le dijo.
Querido Hijo, veo que regresas de el cementerio. Dime que te han aconsejado los muertos sobre como te tratan los habitantes del pueblo.
El discípulo un poco desorientado por su experiencia en el cementerio le contesto.
Maestro. He hecho lo que me has aconsejado, he ido allí y los he alagado profusamente, pero ninguno de ellos me ha dicho nada, ninguno de ellos me ha contestado nada.
El maestro miró a su discípulo y le dijo.
Extraño comportamiento el que me dices. De pronto ellos no estaban atentos a lo que tu querías de ellos. Cambiaremos de estrategia.
Mañana al caer el sol entraras de nuevo al cementerio y dirigiéndote otra vez al centro de el, deberás llamar su atención con toda clase de insultos para que ellos sintiéndose agredidos finalmente te presten atención y así podrás explicarles tu predicamento con los vecinos del pueblo.
El Discípulo obediente espero hasta el otro día y tal como se lo había recomendado su maestro entro al caer la noche al cementerio y desde el mismo centro de él y rodeado de tumbas de cientos de muertos, comenzó a gritar toda clase de insultos.
Antepasados, Vengo aquí hoy a recordarles que malo fueron durante los años que vivieron en este mundo, vengo a recriminarles porque por sus faltas y sus errores las personas que los siguieron han sufrido mucho. Vengo a decirles que fueron ustedes un gran error en nuestras vidas. Y que desde su tumbas deberán sentir remordimiento por sus actos.
El discípulo despues de permanecer algún tiempo en el ce
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Había una vez un maestro que vivía al frente de un cementerio de un pueblo de la india. El maestro vivía siempre feliz y solo recibía un solo discípulo al tiempo. Asi cuando un discípulo adquiria el conocimiento y la sabiduría lo dejaba ir para recibir otro. Un dia el discípulo actúa, un hombre joven que había nacido en un pueblo vecino, se le acerco muy acongojado porque sentía que algunas de las personas del pueblo lo aceptaban amablemente, pero sentía que algunos otros resentían que el que era de otro pueblo.
El maestro con paciencia lo escucho y después de que había terminado, le dijo.
Hijo mio, la vida siempre te llevara a situaciones como esa y deberas escuchar la voz de nuestros antepasados que siempre te recomendaran lo mejor posible.
Mañana por la tarde, cuando caiga el sol, deberas entrar al cementerio que tenemos al frente y deberas ir al centro mismo del cementerio, donde permanecen los mas antiguos de nuestros antepasados. Allí y como muestra de tu respeto hacia ellos deberas hablarles diciendoles halagos, así ellos te escucharan y estarán dispuestos a oírte tus quejas sobre los vecinos de este pueblo. Luego deberas volver aca y me diras que te aconsejaron que hicieras.
El Discipulo, que respetaba mucho a su maestro, espero hasta el otro dia y cuando el sol cayo, se interno silenciosamente en el cementerio y dirigiéndose al centro mismo de el, se paro entre las tumbas y comenzó a decir a voz en cuello para que lo oyeran de todas las tumbas alrededor
Antepasados…. Ustedes que fueron los mas grandes de la historia del pueblo, que fueron nobles, que han sido el ejemplo mismo de todos los habitantes del pueblo vengo aquí a reconocerlos como el ejemplo moral y ético de nuestra cultura. Ustedes los mas sabios entre los sabios vengo aquí para postrarme humildemente ante ustedes para que me puedan dar sus sabios consejos.
Y así siguió durante algunos minutos, de halago en halago, el discípulo esperaba una respuesta por parte de los difuntos que allí se encontraban en aquel cementerio.
A media noche salió del cementerio hacia la casa de su maestro y este le dijo.
Querido Hijo, veo que regresas de el cementerio. Dime que te han aconsejado los muertos sobre como te tratan los habitantes del pueblo.
El discípulo un poco desorientado por su experiencia en el cementerio le contesto.
Maestro. He hecho lo que me has aconsejado, he ido allí y los he alagado profusamente, pero ninguno de ellos me ha dicho nada, ninguno de ellos me ha contestado nada.
El maestro miró a su discípulo y le dijo.
Extraño comportamiento el que me dices. De pronto ellos no estaban atentos a lo que tu querías de ellos. Cambiaremos de estrategia.
Mañana al caer el sol entraras de nuevo al cementerio y dirigiéndote otra vez al centro de el, deberás llamar su atención con toda clase de insultos para que ellos sintiéndose agredidos finalmente te presten atención y así podrás explicarles tu predicamento con los vecinos del pueblo.
El Discípulo obediente espero hasta el otro día y tal como se lo había recomendado su maestro entro al caer la noche al cementerio y desde el mismo centro de él y rodeado de tumbas de cientos de muertos, comenzó a gritar toda clase de insultos.
Antepasados, Vengo aquí hoy a recordarles que malo fueron durante los años que vivieron en este mundo, vengo a recriminarles porque por sus faltas y sus errores las personas que los siguieron han sufrido mucho. Vengo a decirles que fueron ustedes un gran error en nuestras vidas. Y que desde su tumbas deberán sentir remordimiento por sus actos.
El discípulo despues de permanecer algún tiempo en el ce