Desde que los hombres fueron capaces de pensar, se han preguntado que es realmente el universo y como llego a estar ahí. Para esto han existido dos puntos de vista.

El punto de vista materialista es el que cree que la materia y el espacio existen por azar, y que la misma materia ha producido al azar criaturas capaces de pensar. Done algo golpeo al sol creando los planetas, donde las sustancias químicas necesarias para la vida aparecieron al azar. Logrando por casualidad que las criaturas evolucionaran hasta ser como nosotros. Por otro lado, el punto de vista religioso, cree que lo que hay tras el universo se asemeja a una inteligencia que a cualquiera otra cosa que conozcamos, la cual creó al universo con propósitos que no conocemos, pero en parte, para producir criaturas como ella misma. Ambos puntos de vista han existido dondequiera que ha habido hombres pensantes y nunca se ha podido comprobar a través de la ciencia.

En el caso del hombre, tenemos información desde adentro porque somos hombres, por lo tanto sabemos que los hombres encuentran bajo una ley moral, ley que deben obedecer. Y cualquiera que nos estudiara desde afuera jamás tendría la menor evidencia acerca de que tenemos esta ley moral.

Existe un Algo que dirige al universo y que aparece en mi como una ley que me urge a hacer lo correcto y me hace sentir responsable e incomodo cuando hago lo incorrecto.