«A quien se le dio mucho, se le exigirá mucho; y a quien se le confió mucho, se le pedirá

mucho más» Lc 12,48.

«Bienaventurados los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad

les digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y les irá sirviendo» Lc 12,37.

«La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño la mies para que

mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino!» Lc 10,2-3.

«El que quiera ser grande, que se haga el servidor de todos; y el que quiera ser primero,

sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para

servir y dar su vida en rescate por todos». Mc 10,43-45.

«Cuando los conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no se

preocupen de lo que van a decir, o de cómo se van a defender. Porque el Espíritu Santo les

enseñará en aquel momento lo que tengan que decir» Lc 12,11-12.

«La Sabiduría es radiante e inmarcesible, se deja ver fácilmente por los que la aman y

encontrar por los que la buscan» Sb 6,12.

«La Sabiduría es radiante e inmarcesible, se deja ver fácilmente por los que la aman y

encontrar por los que la buscan» Sb 6,12.

«El amor nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo

aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará…» 1 Co

13,6-8.

«Den más bien como limosna lo que tienen dentro y todo será puro» Lc 11,41.

«Aquí hay Alguien que es más que Salomón» Lc 11,31.