Hace 40 años, y parece que fue ayer, abría sus puertas un espacio que aparentemente recopilaba aquellos trastos viejos y sin uso que se almacenaban en las casas de la zona.
El tiempo iría dando forma a un lugar en el que la historia no se cuenta, se vive, y se vive a través de elementos que según la edad que tengas, la historia te parecerá más lejana o más reciente.
Pepe el Ferreiro, nos solo pretendía coleccionar utensilios, su visión del patrimonio abarcaba desde los procesos de producción, la vida hogareña, el comercio y un sinfín de manifestaciones que daban la estructura al territorio.
Su legado traspasará generaciones como el patrimonio que siempre debemos de conservar, un legado recopilado entre los propios vecinos de la zona y que es la muestra de las actividades y la vida cotidiana de la Asturias de la época.
40 años de historia, quizá sean pocos, si los comparamos con la riqueza y sobre todo con la historia que hay detrás de cada objeto, porque detrás de cada uno de ellos hay personas que los han hecho, que los han utilizado, y sobre todo, que los han conservado para que hoy en Grandas de Salime podamos seguir disfrutándolos.