Jesús nos enseña que la verdadera riqueza no son los bienes ni el dinero que se tienen en esta tierra, sino el acercarse y tener una buena relación con Dios. Dice en Prov. 10:22 que "la bendicion de Dios es la que enriquece". Seamos ricos con Dios. Primero Dios y despues cualquier cosa. Dios es nuestra mejor riqueza.