No siempre un triunfo representa una ganancia ni una derrota una pérdida. Se puede perder cuando se gana y se puede ganar cuando se pierde. Jesus mismo lo dijo en Mateo 16:25. Las paradojas están en La Biblia y de ellas aprendemos mucho. Perdamos las cosas que nos alejan y estorban nuestra relación con Dios y, sin duda, GANAREMOS algo mucho mayor. Dejemos que El Espíritu Santo de Dios nos limpie y sirvamos a Dios con todo el corazón.