Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

460. Aracne (Mito Griego)


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Había una vez en la antigua Grecia una joven llamada Aracne nacida en la ciudad de Colofon. Su padre llamado. Idmon era ampliamente conocido ya que era considerado un de los mejores tintoreros de Grecia debió a su habilidad para teñir prendas de lana  con el color purpura de tiro. Su hija Aracne siguiendo las costumbres familiares había desarrollado una habilidad excepcional para tejer y bordar. Y en su taller Aracne era capaz de realizar las más bellas escenas en tapices y su perfeccion era tal que de todas partes de Grecia la visitaban para hacerle encargos. Aracne era pues una mujer conocida y valorada. 

 

Sin embargo Aracne con el tiempo había desarrollado una característica que la hacia particularmente odiosa. Aracne era soberbia y engreída. Así llena de si misma, Aracne un día se jacto en el mercado para que todos la oyeran, que ella era tan buena tejiendo y bordando que ni la misma diosa Atenea podía superarla. 

 

Atenea que era la diosa de la sabiduría, la guerra y las artes escucho estas necias palabras y decidio darle una lección a la mortal. Disfrazada de mujer vieja, Atenea llego hasta el taller donde trabajaba Aracne y haciéndose pasar como una mortal mal entrada en años le recomendó a Aracne que no siguiera repitiendo que ella era mejor que Atenea en las artes del tejido. Le  recomendaba además que fuera más humilde y que en vez de provocar la ira divina de los dioses dedicara su tiempo y su arte a crear bellas obras de arte. 

 

La joven Aracne que había ganado fama y admiración entre sus congéneres, se hecho a reir y desafiando con arrogancia las palabras de la vieja que la visitaba, no solo redoble sus comentarios sino que reto directamente a los dioses y en especial a atenea. 

 

Liberandose de su disfraz de Vieja, atenea se hizo presente ante la joven en su figura de diosa y aceptando el desafio propuso un concurso en la que cada una de ellas debía tener y bordar el más bello de los tapices. Luego deberían evaluar el resultado y coronar a la que mejor se hubiera desempeñado.  

 

Aracne, orgullosa y soberbia acepto inmediatamente y se dedico a la labor. Después de un tiempo Aracne convoco a atenea de nuevo a su taller y le desvelo su trabajo. Por su parte Atenea trajo consigo igualmente su obra. 

 

La obra de Atenea pulcramente producida presentaba los dioses griegos en toda su magnificencia mostrando en detalle el poder y la gloria de los dioses que habitaban el olimpo. 

 

Por su parte la obra de Aracne era totalmente diferente. Esta representaba a los dioses en su peor faceta. Los mostraba engañando, siendo infieles, y abusando de su poder sobre los humanos. La obra sin embargo estaba hecha con una perfección técnica sin rival. 

 

Atenea observo cuidadosamente el tapiz de Aracne y efectivamente no encontró ningún error, pero su temática era una insulto directo a los dioses. Además el hecho mismo que el tejido  fuera tan perfecto era en si mismo un insulto a ella misma. 

 

Así que en un arrebato de colera atenea tomo el tapiz y lo rasgo, luego tomo el telar utilizado por la mortal y lo destruyo golpeando con la lanzadera la cabeza de la joven. Aracne al sentir la ira de la diosa quiso huir y en su carrera tomo un cordel de los que utilizaba para tejer y lanzándolo sobre una viga se colgó tratando de quitarse la vida. 

 

Atenea que reconocía el arte asombroso de su rival, pero que al mismo tiempo sentía que debía castigarla por su soberbia, decidio convertir a Aracne en un ser hábil tejiendo pero horrible en apariencia. El cuerpo de Aracne comenzó a deformarse, comenzaron a salirle 8 patas velludas, su abdomen se abulto y en su cara sus ojos se multiplicaron. Aracne se convirtió así en la primera de las arañas, pero Atenea, en recono

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Había una vez...Un cuento, un mito y una leyendaBy Juan David Betancur Fernandez

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