Que conoció el sufrimiento y en todo creció, en caridad y confianza en Dios. El crucifijo es su mejor maestro.
Es en almas puras como la de ella, que Dios puede hacer portentos sin que por ello se desenfrenen y caigan en el orgullo espiritual.
Al morir, la celda se ilumina y las campanas tañen solas por el gozo de un alma que entra al cielo. Porque ha nacido una santa y que santa en el firmamento de las estrellas.
Descubramos el misterio… estamos hablando de: