Considerando que una película siempre es hija del tiempo y el contexto en que se filman y se estrenan, ¿en qué medida se puede decir que La Ola es una cinta que llegó "tarde" a su público? Porque ese es el primer impulso a la hora de intentar encuadrar y comprender su fracaso en la cartelera: la audiencia ya habría dejado atrás la lógica de la protesta y el estallido social y, políticamente, se ubica en el otro extremo de lo que dio origen a la revuelta. El punto es que es demasiado fácil encasillarla en esos términos, sobre todo cuando se toma distancia y se observa con atención el relato de una alumna universitaria que queda atrapado en el torbellino público y emocional que —tanto en la película como en la vida real— atrapó a buena parte de su generación.
En su primera película filmada en chile después de Una mujer fantástica, Sebastián Lelio parece menos preocupado de dar cuenta de la contingencia que de ofrecer una mirada larga, una que se sostenga para el momento y en el tiempo. La tarea no es fácil: el realizador no sale indemne del esfuerzo, pero consigue algo que suele echarse de menos en el cine chileno: filmar la historia, la pública y la personal. De eso y más se habla en este podcast.