A pesar del riesgo de acabar carbonizados, abrimos las puertas de nuestro estudio a toda clase de dragones, desde los clásicos que marcaron nuestra infancia hasta esas joyas olvidadas donde los dragones parecen sacados de un videojuego de los 80.
A pesar del riesgo de acabar carbonizados, abrimos las puertas de nuestro estudio a toda clase de dragones, desde los clásicos que marcaron nuestra infancia hasta esas joyas olvidadas donde los dragones parecen sacados de un videojuego de los 80.