Cada domingo en Misa repetimos en el Credo: “Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica”. Sin embargo en privado, muchos dicen todo lo contrario: “Creo en Dios pero no creo en la Iglesia”. Otras veces puntualizan más: “Creo en Dios pero no en los curas”. También en las cofradías existe ese desapego, quizá en ocasiones mayor.