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En este episodio estudiamos el llamado de Jesús a Maria Magdalena: Vete y no peques más. Basado Juan 8: 1-11
Puedes leer el episodio completo en nuestra página web
https://oidyved.com/67-vete-y-no-peques-mas/
Juan 8: 1-11
1 Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos.
2 Por la mañana volvió al Templo, y todo el pueblo vino a él; y sentándose, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio,
4 le dijeron:
—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio,
5 y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Esto decían probándolo, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:
—El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, fueron saliendo uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes; sólo quedaron Jesús y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Jesús y no viendo a nadie, sino a la mujer, le dijo:
—Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo:
—Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo:
—Ni yo te condeno; vete y no peques más.
By Oíd y Ved Media MinistryEn este episodio estudiamos el llamado de Jesús a Maria Magdalena: Vete y no peques más. Basado Juan 8: 1-11
Puedes leer el episodio completo en nuestra página web
https://oidyved.com/67-vete-y-no-peques-mas/
Juan 8: 1-11
1 Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos.
2 Por la mañana volvió al Templo, y todo el pueblo vino a él; y sentándose, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio,
4 le dijeron:
—Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio,
5 y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Esto decían probándolo, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:
—El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, fueron saliendo uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los más jóvenes; sólo quedaron Jesús y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Jesús y no viendo a nadie, sino a la mujer, le dijo:
—Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo:
—Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo:
—Ni yo te condeno; vete y no peques más.