SAN ANTONIO DE PADUA, pasó del oscuro anonimato a la luz de la fama, y obtuvo resonantes éxitos en la conversión de los herejes que abundaban en el norte de Italia, donde ocurriendo sus primeros milagros. Cuando los herejes de Rímini, le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a proclama:
“Oigan la palabra de Dios, ustedes los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar”.
Y los peces afloraron por centenares…
Introducción: Palabras del CORAZÓN DE JESÚS, a Sor Josefa Menéndez.