Por la transgresión de uno murieron todos, por la gracia de Jesucristo, hombre y Dios, renacimos todos.
Porque vino, para dar vida a todos los que estaban muertos, para sacar del Limbo a las legiones de justos, que ansiosas esperaban la llegada, del Justo de los Justos, que les trajera el perdón, la redención, la libertad y el camino del Cielo.