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Podemos hablar indistintamente del don de inteligencia o de entendimiento.
El don de entendimiento, nos dice el Papa Francisco en la audiencia general del 30 de abril del 2014, que no se trata aquí de la inteligencia humana, de la capacidad intelectual de la que podemos estar más o menos dotados. Es, en cambio, una gracia que sólo el Espíritu Santo puede infundir y que suscita en el cristiano la capacidad de ir más allá del aspecto externo de la realidad y escrutar las profundidades del pensamiento de Dios y de su designio de salvación.
Se trata entender precisamente lo que más merece la pena entender. Entender a Jesús, entender su doctrina, entender a su Padre y al Espíritu. Entender por dentro, profundizar, penetrar. Ver con los ojos de Dios, entender con su mente, contemplar con su Espíritu. Reconocer la mano de Dios donde otros ven sólo circunstancias humanas, descubrir providencia en la historia, y amor en el sufrimiento.
Es muy hermoso pedir este don en familia, poder “entender” lo que estamos viviendo, poder ver con el corazón la mano providente de Dios, y hacer lectura creyente de la trayectoria realizada como matrimonio, como familia,…
By SecretariadoPodemos hablar indistintamente del don de inteligencia o de entendimiento.
El don de entendimiento, nos dice el Papa Francisco en la audiencia general del 30 de abril del 2014, que no se trata aquí de la inteligencia humana, de la capacidad intelectual de la que podemos estar más o menos dotados. Es, en cambio, una gracia que sólo el Espíritu Santo puede infundir y que suscita en el cristiano la capacidad de ir más allá del aspecto externo de la realidad y escrutar las profundidades del pensamiento de Dios y de su designio de salvación.
Se trata entender precisamente lo que más merece la pena entender. Entender a Jesús, entender su doctrina, entender a su Padre y al Espíritu. Entender por dentro, profundizar, penetrar. Ver con los ojos de Dios, entender con su mente, contemplar con su Espíritu. Reconocer la mano de Dios donde otros ven sólo circunstancias humanas, descubrir providencia en la historia, y amor en el sufrimiento.
Es muy hermoso pedir este don en familia, poder “entender” lo que estamos viviendo, poder ver con el corazón la mano providente de Dios, y hacer lectura creyente de la trayectoria realizada como matrimonio, como familia,…