Poner la inteligencia al servicio de la energía, de la Presencia que nos habita y con la que podemos conectar a través de la respiración, es puro riego elemental para nuestro jardín interior.
Aprender a ejercer el "bien pensar" forma parte del entrenamiento mental que nos lleva al discernimiento, a esa capacidad de poner el pensamiento a nuestro favor para que la percepción evolucione desde el miedo al Amor.
Sentirnos bien es esencial para crecer y vivir felizmente y en paz, podremos comprobarlo cuando logremos alinearnos con la frecuencia de la inteligencia amorosa universal que es pura energía, pura voluntad.