Hay errores que duelen, que te dejan sin aire y que te hacen pensar "ya no me van a volver a llamar nunca más". En este episodio te cuento un momento que me marcó y, sobre todo, lo que aprendí de esa experiencia. Porque sí, me equivoqué y mucho. Pero también descubrí que la vulnerabilidad no te quita fuerza, te da verdad. Y a veces, lo que parece un tropiezo, termina siendo el salto que necesitabas.

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