En este precioso, íntimo e intransferible viaje de la mente al corazón, estamos creando un espacio inmenso desde el que abordar todas y cada una de las experiencias que estamos llamados a vivir.
La espaciosidad surge del silencio y la quietud, de una Presencia amable y serena desde la que nos vivimos de una forma más natural y espontánea, donde en inocencia y neutralidad vamos deshaciendo los ruidos que nos impiden escuchar nuestra verdad, nuestra eterna e inmensa identidad de Amor.