Hay una gran verdad en la frase "Dios tiene el control de las cosas", porque en efecto es así.

Jesús abraza su propósito en la tierra, de morir en la cruz para darnos salvación, vida eterna y una conexión directa con el Padre.

Cada una de tus acciones tendrá consecuencias, piensa bien antes de actuar.

La tentación entonces es querer tomar el control y hacer las cosas que no debes hacer para solucionar tu situación.

La oración y la palabra me defienden frente a la tentación.

Quiero tener un corazón recto y obediente, ser un ejemplo a seguir.

Dios reconoce tu valor, porque Él te creó , y hoy Dios te dice que eres precioso y preciosa para Él .

Cuando mi testimonio y mi amor por mis hermanos se encuentran con mi oración, puedo interceder por ellos y puedo desarrollar mejores relaciones que me unan en armonía con los que me rodean.

Discípulo es aquel que sigue, obedece y practica la palabra de Dios, y su palabra nos enseña que debemos entregar todas nuestras áreas a Él para que sean sanadas y transformadas, para que luego no tenga yo cosa que estorben mi servicio al Señor.

Dios mismo nos limpia y nos purifica, Él prepara la ofrenda y Él la acepta.