Esta oración de Ana también es un cántico, y es que su gozo no estaba tanto en el hijo que había tenido, porque su gozo estaba en Jehová. En el versículo 6 del capítulo 1 el texto dice “que Jehová no le había concedido tener hijos” no dice que era un castigo de Dios, solo que no le había concedido el ser madre ¿Por qué? Muchas veces no vamos a entender el porqué de lo que nos pasa. Pero ¿qué tal si lo que quiere Dios es que simplemente acudas a ÉL? Simplemente que lo busques y que derrames tu corazón delante de Su presencia. Cuando estás pasando por dificultades en tu vida ¿A dónde te llevan las circunstancias adversas o a dónde acudes primero? EL asunto es donde pongo mi mirada ¿en mis circunstancias o en el Señor? Ana acudió a buscar a Dios y derramó su corazón delante de ÉL y vio la victoria del Señor, y esa debe ser la actitud en la vida de todo creyente, de todo hijo de Dios: ¿Dónde pongo mi mirada y mi corazón? Si pongo mi mirada solo en lo que pasa a mi alrededor me expongo a la frustración y a la depresión, pero si pongo la mirada en Dios y en SU poder, ÉL me fortalecerá y tendré las respuestas que necesito contra mis enemigos: esos problemas, esas circunstancias, esas pruebas de la vida.