Es una realidad que todos vinimos de una familia, rota, dolorosa, con rencor, feliz, amigable, y nos causan buenos o malos recuerdos. Es importante no olvidar que nosotros mismos somos padres y madres que buscamos lo mejor para nuestros hijos. Tal vez, romper con patrones negativos, evitar el mismo sufrimiento que nosotros vivimos de niños, pero todos los que estamos aquí, escuchando esto, queremos lo mejor para nuestros hijos.