(Dios está triste porque hay muchos que pondrían al demonio en primer lugar, por delante de Él. Santa Teresa de Ávila dice: “Yo no comprendo estos miedos. Decimos: ‘¡Oh, el demonio, el demonio!’, cuando podríamos decir: ‘¡Dios! ¡Dios!’, y hacer temblar al demonio”. Hoy sucede muchísimo esto: ponemos al demonio en primer lugar. Luego habrá quienes se burlen y digan: “Ve a que te examinen, querida, tenemos buenos médicos hoy día”. O quienes presuman de sus conocimientos de Parapsicología, porque, para ellos, las Llamadas de Dios están ‘pasadas de moda’. Pero lo peor de todo, a los ojos de Dios, es la hipocresía. Es la respuesta diplomática que no dice ni sí ni no. Son como Pilato, se lavarán sencillamente las manos, como hizo Pilato ante Nuestro Señor. ¿Sabéis por qué’? Porque falta la Fe.)
Fragmento del Mensaje de la Verdadera Vida en Dios del 17 de marzo de 1988