Te doy Mi paz. Si la tierra se niega a dar su fruto y el país se ha convertido en un desierto, es por culpa de su apostasía… Apenas se recuerda a Mi Espíritu Santo, se Le proclama o se confía en Él. Por eso ha decaído la tierra, y vuestra alma, como una estrella moribunda que ha perdido su brillo, se ha oscurecido. Con la Ley del Dios Trino y Uno en vuestros corazones, Vassula, todos podéis decir: “Mi Dios me escuchará”. Y Yo os otorgaré, desde el fondo de Mi Corazón, los siete dones de Mi Espíritu, si Me los pedís. Ahora, Vassula Mía, dime: ¿Crees que has obtenido el conocimiento de Mi Reino por tu cuenta?
No, no Dios mío. Yo no sabía nada de Tu Reino al principio.
¿Crees que tus profecías salieron de ti misma, hijita Mía?
No, porque las Escrituras dicen: “Ninguna profecía proviene de uno mismo.”
Bendita seas por permitir a Mi Espíritu Santo descansar sobre ti y actuar en ti. Éstas son las cosas que quiero revelar ahora, para que todos en esta tierra puedan ser conducidos hacia Mí y vivir en Mi total plenitud, y que cada criatura viviente pueda poseerme, como Yo también desearía poseerla a ella. La libertad se encuentra en Mi Espíritu, tres veces Santo. El consuelo y la renovación se encuentran en Mi Espíritu. Vuestras pasiones pecaminosas pueden ser lavadas por Mi Espíritu tres veces Santo, y Él puede ofreceros la libertad de servirme de un modo nuevo y delicioso, atrayendo multitud de naciones a la santidad, porque estaríais renovados por Mi Espíritu Santo.
Fragmento del Mensaje de la Verdadera Vida en Dios del 9 de enero de 1996