Once ambientalistas de Greenpeace se encadenaron a las máquinas que trabajaban en el megaproyecto bandera del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Aleira Lara, directora de Campañas de la ONG, sostiene que han tumbado cerca de 30 kilómetros de largo dentro de la Selva Maya, aunque las autoridades federales hablan de reubicación y no de tala de árboles.