Jugar videojuegos entre 6 y 8 horas seguidas, darle prioridad a esta actividad sobre otros intereses personales, familiares, sociales, educativos u ocupacionales, presentar agresividad o irritación cuando no se puede jugar, y decir mentiras sobre el tiempo que se dedica a los videojuegos, son algunos focos rojos que nos dicen que algo no anda bien con nuestra forma de jugar. La adicción a los videojuegos es definida por la Organización Mundial de la Salud, como un desorden que se caracteriza por un “control deficiente en el uso de los videojuegos”. Hoy acompáñanos a reflexionar sobre este tema en Diálogos Saber Vivir. #DiálogosSaberVivir #OnceDigital