Nunca podremos llegar a un punto donde digamos ya hice lo suficiente para Dios, o ya le cumplí al Señor. Adorar Su nombre no es una actividad más en la agenda, sino un estilo de vida que debemos practicar 24/7.
Nunca podremos llegar a un punto donde digamos ya hice lo suficiente para Dios, o ya le cumplí al Señor. Adorar Su nombre no es una actividad más en la agenda, sino un estilo de vida que debemos practicar 24/7.