¿Qué dirías de un padre que no advirtiera a sus hijos del peligro que corrían? ¿Y de un médico que supiera que tienes una enfermedad potencialmente mortal y te dijera: "Tómate dos aspirinas, vete a casa y descansa"?
¿Qué dirías de un pastor que te hablara del amor, el perdón y la paciencia de Dios, pero que nunca te advirtiera de su ira?