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¿Plan B?
Palabra de Dios: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 7:13-14
Perlas: Es fácil crear planes B. Es fácil decidir no seguir esperando y tomar otro camino. No es extraño que alguien se desespere fácilmente, de hecho, es muy común escuchar decir “yo no puedo seguir esperando”, “ya ha sido demasiado”, “esto no es de Dios, tal vez entendí mal”, etc., y salen por la puerta ancha (se activa un plan B). La gran realidad es que si vamos a la Palabra, la espera siempre fue (y sigue siendo) parte fundamental de los procesos con Dios, especialmente si el Señor tiene el propósito de usar a esa persona como instrumento útil en Sus manos para bendecir a otros. La puerta angosta es el plan de Dios, que incluye tiempo de espera.
¿Cuánto tiempo pasó desde que David fue ungido rey, hasta que literalmente se posesionó como rey? 10-12 años. Años de preparación para formar el carácter necesario para gobernar y ser la clase de rey que Dios quería que fuera.
¿Cuánto tiempo pasó desde que Dios le dijo a Abraham que le daría un hijo, hasta que nació el hijo de la promesa? 25 años. Años de preparación para formar en él el carácter requerido para ser el padre que Dios quería que fuera para Isaac y para muchas generaciones.
¿Cuánto tiempo pasó desde que Dios le mostró a José en sueños cómo habría de colocarlo en un lugar muy alto de autoridad y usarlo para salvar a muchos? José esperó aproximadamente 13 años; primero fue vendido como esclavo, trabajó como sirviente, estuvo preso, hasta que finalmente llegó a convertirse en el segundo en autoridad en todo Egipto, y mediante él fueron bendecidos Egipto, y toda su familia y su pueblo.
Ellos y todos los personajes de la Biblia pudieran haber pensado que Dios se había olvidado de la promesa, o que tal vez ellos no entendieron bien el mensaje. De hecho, algunos optaron por planes B y sufrieron las consecuencias. Cuando Dios llama y entrega una promesa no quiere decir que la persona ya está lista en el instante para recibirla. Siempre viene un tiempo de preparación para recibir esa promesa y poder cumplir a cabalidad el propósito del Señor, y durante la espera, Dios desarrolla el carácter de la persona para que encaje con la misión que le quiere entregar. El resultado es terrible cuando alguien inmaduro (sin carácter, no listo) recibe una gran misión o tarea, pues el caos está garantizado.
Oración: Señor, gracias por seguir trayendo luz a mi corazón y a mis pensamientos. Gracias por darme aún más entendimiento con respecto a la espera y la importancia que tiene para Ti y para el cumplimiento de Tu plan perfecto. Gracias por los tiempos de espera y por todo lo que sigues haciendo en mí, madurándome, transformándome y formando en mí el carácter necesario para la misión, la tarea y el propósito que diseñaste para mí. Hoy renuncio al control, a que las cosas ocurran en mi tiempo y a mi manera. Renuncio a todos los planes B que he creado en mi mente. Escojo la puerta angosta que conduce a la vida. Amén.
Reto del día: Un ejemplo de una puerta muy ancha y una puerta muy angosta es: La venganza vs el perdón. ¿Puedes pensar en más ejemplos, ojalá de tu propia vida? Escríbelos y medita en las consecuencias vividas.
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Palabra de Dios: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 7:13-14
Perlas: Es fácil crear planes B. Es fácil decidir no seguir esperando y tomar otro camino. No es extraño que alguien se desespere fácilmente, de hecho, es muy común escuchar decir “yo no puedo seguir esperando”, “ya ha sido demasiado”, “esto no es de Dios, tal vez entendí mal”, etc., y salen por la puerta ancha (se activa un plan B). La gran realidad es que si vamos a la Palabra, la espera siempre fue (y sigue siendo) parte fundamental de los procesos con Dios, especialmente si el Señor tiene el propósito de usar a esa persona como instrumento útil en Sus manos para bendecir a otros. La puerta angosta es el plan de Dios, que incluye tiempo de espera.
¿Cuánto tiempo pasó desde que David fue ungido rey, hasta que literalmente se posesionó como rey? 10-12 años. Años de preparación para formar el carácter necesario para gobernar y ser la clase de rey que Dios quería que fuera.
¿Cuánto tiempo pasó desde que Dios le dijo a Abraham que le daría un hijo, hasta que nació el hijo de la promesa? 25 años. Años de preparación para formar en él el carácter requerido para ser el padre que Dios quería que fuera para Isaac y para muchas generaciones.
¿Cuánto tiempo pasó desde que Dios le mostró a José en sueños cómo habría de colocarlo en un lugar muy alto de autoridad y usarlo para salvar a muchos? José esperó aproximadamente 13 años; primero fue vendido como esclavo, trabajó como sirviente, estuvo preso, hasta que finalmente llegó a convertirse en el segundo en autoridad en todo Egipto, y mediante él fueron bendecidos Egipto, y toda su familia y su pueblo.
Ellos y todos los personajes de la Biblia pudieran haber pensado que Dios se había olvidado de la promesa, o que tal vez ellos no entendieron bien el mensaje. De hecho, algunos optaron por planes B y sufrieron las consecuencias. Cuando Dios llama y entrega una promesa no quiere decir que la persona ya está lista en el instante para recibirla. Siempre viene un tiempo de preparación para recibir esa promesa y poder cumplir a cabalidad el propósito del Señor, y durante la espera, Dios desarrolla el carácter de la persona para que encaje con la misión que le quiere entregar. El resultado es terrible cuando alguien inmaduro (sin carácter, no listo) recibe una gran misión o tarea, pues el caos está garantizado.
Oración: Señor, gracias por seguir trayendo luz a mi corazón y a mis pensamientos. Gracias por darme aún más entendimiento con respecto a la espera y la importancia que tiene para Ti y para el cumplimiento de Tu plan perfecto. Gracias por los tiempos de espera y por todo lo que sigues haciendo en mí, madurándome, transformándome y formando en mí el carácter necesario para la misión, la tarea y el propósito que diseñaste para mí. Hoy renuncio al control, a que las cosas ocurran en mi tiempo y a mi manera. Renuncio a todos los planes B que he creado en mi mente. Escojo la puerta angosta que conduce a la vida. Amén.
Reto del día: Un ejemplo de una puerta muy ancha y una puerta muy angosta es: La venganza vs el perdón. ¿Puedes pensar en más ejemplos, ojalá de tu propia vida? Escríbelos y medita en las consecuencias vividas.
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