
Sign up to save your podcasts
Or
Palabra de Dios: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20
Perlas: Dios te ama y está tocando la puerta de tu corazón. Aunque Él es Todopoderoso y Rey Soberano, Él no entrará a menos que tú abras y le permitas entrar. Dios no se impone, Él toca la puerta. Nuestra parte es abrir e invitarlo a entrar. Una vez dentro, vienen más decisiones. ¿Lo dejaremos en un cuarto escondido? ¿En el cuarto de huéspedes? ¿O le daremos la habitación principal? ¿Será el invitado especial a la mesa y a cada conversación y a cada situación del día a día? ¿O será el anfitrión y la Persona más importante en nuestra vida?
Tal vez has tenido la experiencia de abrirle la puerta de tu vida al Señor, pero Él ha sido prácticamente como un “cuadro” en tu casa. No le preguntas nada. Te despiertas cada mañana, lo saludas un rato, lees alguno de sus escritos, y te despides hasta el otro día. Él nos ama tanto y es TAN paciente, que Él aunque es Dios, soporta ese trato nuestro, y nos espera. Es increíble cómo Él nos espera y sigue creyendo en nosotros, en que realmente algún día nos rendiremos y le dejaremos reinar en nuestra vida, en cada aspecto de nuestra vida, incluyendo nuestra casa. Realmente Él no quiere ser un adorno en nuestra casa, ni mucho menos que nos llamemos “cristianos” cuando ni siquiera sabemos qué significa llevar el nombre de Cristo.
Pero Él nos espera. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos están esperando. El cielo nos espera. Él sigue tocando la puerta. Si ya entró y aún no le hemos dado el lugar de Rey y Señor de nuestra casa y nuestra vida, Él sigue llamándonos, esperándonos. No se duerme ni se fatiga con cansancio. Nunca podremos agotar Su paciencia. No hay nada que podamos hacer para que Él deje de amarnos. Él nos amó con amor eterno, un amor que nunca deja de ser, y anhela que nos fundamos en Él. Te pregunta: ¿Vienes Conmigo?
Oración: Señor, muéstrame en qué lugar de mi vida, de mi corazón y de mi casa yo te he puesto. Si nunca te he dejado ni siquiera entrar, hoy quiero abrir la puerta. Entra Señor Jesús, te recibo en mi vida y dentro de mi ser. Creo en Ti. Quiero Tu Presencia en mi vida siempre. Gracias por amarme y perdonarme y no cansarte de tocar la puerta…gracias por nunca desecharme a pesar de los lugares tan bajos donde he caído. Te recibo como Rey de mi vida. Entra y siéntate en el trono de mi corazón. Enséñame a escuchar Tu voz momento a momento, y haz de mí un hijo/hija fiel, que pueda ser luz y llevar el nombre de Cristo. Amén.
Señor, y si hace mucho tiempo te dejé entrar, pero no te he dado el lugar que te corresponde, hoy quiero pedirte perdón. Me arrepiento. Mi corazón llora porque he hecho doler Tu corazón; perdóname porque no te he honrado con mi obediencia, no te he tenido en cuenta en las decisiones del día a día…tal vez al principio te cantaba y te adoraba…pero poco a poco me fui alejando y te fui dejando en un cuarto de huéspedes, con la puerta cerrada. Sabía que estabas allí, pero poco a poco fui encontrando razones para no entrar a pasar tiempo contigo. Perdóname. Te pido que te sientes en el trono de mi corazón. A Tu pregunta ¿Vienes Conmigo? Te respondo Sí. Sí, quiero vivir mi vida junto a Ti, para Ti y en Ti. Ayúdame Espíritu Santo a permanecer sin desmayar en una relación genuina, íntima y profunda contigo, con Jesús y con Dios Padre. Amén.
Reto del día: El Señor ha estado pacientemente llamándote e invitándote a caminar tu vida con Él. Tal vez has hecho caso omiso a Su invitación por completo, o tal vez has dicho Sí para algunos aspectos de tu vida. Imagina tu vida como una casa a donde Jesús ya entró. ¿Dónde está Jesús? ¿A qué cuartos le has permitido entrar? ¿Cuáles cuartos permanecen cerrados con candado? Responde a través de un dibujo.
5
1010 ratings
Palabra de Dios: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20
Perlas: Dios te ama y está tocando la puerta de tu corazón. Aunque Él es Todopoderoso y Rey Soberano, Él no entrará a menos que tú abras y le permitas entrar. Dios no se impone, Él toca la puerta. Nuestra parte es abrir e invitarlo a entrar. Una vez dentro, vienen más decisiones. ¿Lo dejaremos en un cuarto escondido? ¿En el cuarto de huéspedes? ¿O le daremos la habitación principal? ¿Será el invitado especial a la mesa y a cada conversación y a cada situación del día a día? ¿O será el anfitrión y la Persona más importante en nuestra vida?
Tal vez has tenido la experiencia de abrirle la puerta de tu vida al Señor, pero Él ha sido prácticamente como un “cuadro” en tu casa. No le preguntas nada. Te despiertas cada mañana, lo saludas un rato, lees alguno de sus escritos, y te despides hasta el otro día. Él nos ama tanto y es TAN paciente, que Él aunque es Dios, soporta ese trato nuestro, y nos espera. Es increíble cómo Él nos espera y sigue creyendo en nosotros, en que realmente algún día nos rendiremos y le dejaremos reinar en nuestra vida, en cada aspecto de nuestra vida, incluyendo nuestra casa. Realmente Él no quiere ser un adorno en nuestra casa, ni mucho menos que nos llamemos “cristianos” cuando ni siquiera sabemos qué significa llevar el nombre de Cristo.
Pero Él nos espera. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos están esperando. El cielo nos espera. Él sigue tocando la puerta. Si ya entró y aún no le hemos dado el lugar de Rey y Señor de nuestra casa y nuestra vida, Él sigue llamándonos, esperándonos. No se duerme ni se fatiga con cansancio. Nunca podremos agotar Su paciencia. No hay nada que podamos hacer para que Él deje de amarnos. Él nos amó con amor eterno, un amor que nunca deja de ser, y anhela que nos fundamos en Él. Te pregunta: ¿Vienes Conmigo?
Oración: Señor, muéstrame en qué lugar de mi vida, de mi corazón y de mi casa yo te he puesto. Si nunca te he dejado ni siquiera entrar, hoy quiero abrir la puerta. Entra Señor Jesús, te recibo en mi vida y dentro de mi ser. Creo en Ti. Quiero Tu Presencia en mi vida siempre. Gracias por amarme y perdonarme y no cansarte de tocar la puerta…gracias por nunca desecharme a pesar de los lugares tan bajos donde he caído. Te recibo como Rey de mi vida. Entra y siéntate en el trono de mi corazón. Enséñame a escuchar Tu voz momento a momento, y haz de mí un hijo/hija fiel, que pueda ser luz y llevar el nombre de Cristo. Amén.
Señor, y si hace mucho tiempo te dejé entrar, pero no te he dado el lugar que te corresponde, hoy quiero pedirte perdón. Me arrepiento. Mi corazón llora porque he hecho doler Tu corazón; perdóname porque no te he honrado con mi obediencia, no te he tenido en cuenta en las decisiones del día a día…tal vez al principio te cantaba y te adoraba…pero poco a poco me fui alejando y te fui dejando en un cuarto de huéspedes, con la puerta cerrada. Sabía que estabas allí, pero poco a poco fui encontrando razones para no entrar a pasar tiempo contigo. Perdóname. Te pido que te sientes en el trono de mi corazón. A Tu pregunta ¿Vienes Conmigo? Te respondo Sí. Sí, quiero vivir mi vida junto a Ti, para Ti y en Ti. Ayúdame Espíritu Santo a permanecer sin desmayar en una relación genuina, íntima y profunda contigo, con Jesús y con Dios Padre. Amén.
Reto del día: El Señor ha estado pacientemente llamándote e invitándote a caminar tu vida con Él. Tal vez has hecho caso omiso a Su invitación por completo, o tal vez has dicho Sí para algunos aspectos de tu vida. Imagina tu vida como una casa a donde Jesús ya entró. ¿Dónde está Jesús? ¿A qué cuartos le has permitido entrar? ¿Cuáles cuartos permanecen cerrados con candado? Responde a través de un dibujo.
1,361 Listeners
481 Listeners
1 Listeners
82 Listeners
1 Listeners