Palabra de Dios: “En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.” Salmo 23:2

Perlas: Cuando la vida duele, cuando es doloroso seguir viviendo, y aún más doloroso seguir creyendo, allí Dios está más cerca que nunca. Le pido a Dios que escriba esta verdad en tu corazón, y que puedas creer y confiar que Él te elevará por encima de las circunstancias y por encima de los que se levantan contra ti. Dios mismo, Jehová, el Dios Todopoderoso está allí contigo, allí donde tú estás, y Él tiene siempre un plan que incluye bendecir a Sus hijos y derramar Su gloria. 

Es fácil tener fe y confiar cuando todo está saliendo como queremos, pero la verdadera fe es cuando le creemos a Dios aunque no vemos nada, en medio de las tormentas. Dios te está diciendo hoy que esta tormenta va a terminar, y te llama a descansar y a reposar en Él, en los delicados pastos de Su Presencia, y te invita a que le permitas pastorearte con el agua de Su Palabra. En Su Presencia y en Su Palabra está todo lo que necesitamos para salir victoriosos de cualquier batalla y de cualquier tormenta.

Oración: Padre amado, mi buen Pastor, gracias por estar aquí y ahora conmigo, gracias porque no eres distante ni indiferente. Gracias porque sé que te duele mi dolor y hasta siento que estás llorando conmigo. Gracias porque aunque sabes que Tú mismo me sacarás victorioso de todas estas situaciones, me permites sentir, me permites llorar, y hacerte preguntas… gracias porque no esperas perfección de mí, ni que sea fuerte en mis fuerzas. Gracias porque Tu poder se perfecciona en mi debilidad (2 Corintios 12:9). Hoy me dejo caer en Tus delicados pastos, junto a Tus aguas. Rindo mi cuerpo, mi alma y mi espíritu, y me voy a dar permiso de descansar, de reposar en Ti, y de dejarme pastorear por Ti. ¿Quién puede ser el mejor Pastor para mi vida? ¿Quién me puede amar como Tú me amas? ¿Quién puede tener mejores planes que Tú, o mejores estrategias que Tú? ¿Quién? Nadie. Solo Tú Jehová eres mi Pastor y nada me faltará.

Reto del día: Si tienes la posibilidad de ir a un lago, o a una playa de aguas tranquilas, ve. Lleva una manta donde te puedas recostar. Si no, busca un lugar especial donde hacerlo. Ora una y otra vez el Salmo 23, mirando hacia el cielo y mirando hacia el agua tranquila. Luego haz silencio. Escucha lo que tu Buen Pastor quiere hablar a tu corazón hoy.